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Fútbol l Tercera División

En continuo estado de espera

  • David Hernández convive desde el 7 de enero con la desaparición de su hermano Iván

El delantero de la Balona David Hernández vive en permanente estado de espera. Desde que el pasado siete de enero su hermano Iván, de 27 años, desapareció en Ronda sin dejar rastro tanto el ariete como su familia andan pendientes de una llamada telefónica que les releve su paradero. Batidas, manifestaciones, apariciones públicas... la familia Hernández no ha escatimado esfuerzos para que su llamada se oiga a todos los niveles. De momento, desgraciadamente, sin fruto. Aunque durante algunas semanas logró que no trascendiese a la opinión pública, desde el momento en el que la afición fue consciente de lo delicado de su situación, le trata con un especial cariño. Un afecto que el futbolista agradece.

-Aunque la circunstancias no sean las más idóneas, se ha convertido en el niño mimado de la afición. ¿Qué sensación le produce?

-La gente está contenta y a mí me alegra que sea así. Yo trato de compensar tanto cariño con trabajo y sacrificio. Intento serle útil al equipo.

-En los dos últimos encuentros en el Municipal la grada, consciente de la situación en que usted trabaja, ha sido especialmente cariñosa cuando le sustituían.

-En una situación tan complicada como la que estoy viviendo nadie imagina cómo se agradece eso. Yo lo valoro muchísimo. Siempre tengo muy en cuenta los pequeños detalles y ahora, mucho más.

-No debe ser fácil entrenarse día a día sin saber dónde está su hermano.

-Es difícil ponerse en la situación de tener que entrenar, pero mientras lo hago me olvido un rato de todo lo que no sea el fútbol. Ayuda.

-El resto del día entonces se hará interminable.

-Claro, pero es que estar todo el tiempo dándole vueltas a la cabeza tampoco conduce a nada.

-Y su familia ¿cómo lo lleva?

-Mi padre, peor. Tiene la peluquería en el centro de Puerto Real y es un hombre muy conocido, así que todo el mundo le pregunta y está constantemente hablando del asunto. Por supuesto que se agradece que le gente se preocupe y te apoye, pero a veces resulta duro estar todo el día hablando de lo mismo. Yo quizás esté un poco menos agobiado en ese aspecto.

-Y su vida diaria, ¿ha cambiado en algo?

-No, yo vivo igual que antes. Entreno con regularidad y voy a casa los días de descanso y alguna vez a ver mi familia. Tampoco puedo estar todo el día yendo y viniendo.

-¿Y cuántas veces mira el teléfono móvil a lo largo del día?

-Si digo la verdad, ahora menos. Antes lo miraba más. Siempre estás pendiente de si me llama la Policía o alguien, pero o te lo quitas de la cabeza de vez en cuando o acabas volviéndote loco. No puedes estar mirando el teléfono a cada momento.

-Hay que hablar del aspecto deportivo. ¿Piensa el vestuario que ya está hecho lo del título de campeón?

-Que va. La experiencia me demuestra que las diez últimas jornadas son las que marcan dónde terminará cada equipo. Hemos hecho lo más complicado, vamos los primeros gracias a que hemos alcanzado una enorme regularidad, tenemos una ventaja importante sobre los que nos siguen, pero hay que mantener la misma línea. A mí me da la sensación de que con ganar los de casa incluso podríamos ser campeones, pero hay que ir partido a partido.

-Quizás por eso, porque queda mucho por delante, resulte fácil entender que el pasado domingo, en el derbi ante la Unión, la Balompédica echase el freno en la segunda parte.

-No es algo que hagas premeditadamente, sino que de manera inconsciente miras el marcador, ves el cuatro a cero y te relajas un poco.

-La pregunta es cómo llega la Balona al momento decisivo.

-Físicamente estamos muy bien y en el aspecto psicológico, mientras ganas sacas fuerzas de donde no las tienes. Además, antes nos costaba mucho sacar los partidos de casa, pero últimamente los estamos resolviendo con acierto, estamos contando con el gran apoyo del público.

-¿Ya si puede decir cuántos goles quiere meter esta temporada?

-No me preocupa. Estoy haciendo cosas que no hacía antes y me siento bastante cómodo. Igual no marco tantos goles como quisiera marcar, pero creo que aporto lo que el entrenador quiere de mí.

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