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Brasil

El complejo de 'vira-lata'

  • Alemania entra en el club de selecciones que más daño hicieron a Brasil en un Mundial. El 'Maracanazo' dio lugar a un sentido de inferioridad ahora redivivo.

Alemania entró en el club de las selecciones que más daño han hecho a Brasil en la historia de la Copa del Mundo, una élite fundada en 1950 por Uruguay y que desde entonces ha sumado, aunque con menos recuerdo, a Hungría, y con Holanda, Italia, Francia y Argentina como socios de peso.

La primera mancha en la historia del país que más ha ganado la Copa del Mundo cumplirá 64 años este 16 de julio y se registró también en territorio brasileño, en este caso en el Maracaná de Río de Janeiro. Brasil se bastaba con un empate para alzar el título, el primero para sus vitrinas, pero cuando faltaban once minutos Alcides Ghiggia ocasionó el peor mal a los anfitriones con un gol que dio a Uruguay la victoria por 1-2 y el título del Mundial de 1950.

El acontecimiento quedó inmortalizado como el Maracanazo y aunque hoy escasean los testigos vivos, la tradición oral se ha encargado de reforzar el valor de las precarias pruebas gráficas, escritas y de audio. El trauma del Maracanazo inspiró en la época al escritor Nelson Rodrigues a hacer un diagnóstico del comportamiento de sus compatriotas a partir de aquellos perros callejeros famélicos (los vira-lata), de raza indefinida, que vagan por las calles buscando alimento entre recipientes de basura, que suelen dejar esparcidos por el piso. Así, dieron pie a Nelson Rodrigues a denominar complexo de vira-lata, o complejo de perro callejero, a esa sensación de inferioridad de sus compatriotas a la hora de encarar grandes retos, no sólo en el fútbol.

Por el mismo diagnóstico del doctor Rodrigues, el complejo atacó de nuevo a los brasileños en la goleada por 4-2 de Hungría que los apeó en cuartos de final del Mundial de 1954 en Suiza. Pero esta decepción quizá es la menos dolorosa y recordada hoy, y sería borrada cuatro años después con la conquista del primer título gracias a la generación liderada por Pelé. El tratado sobre el complexo de vira-lata pareció condenado al cuarto de san Alejo de la historia popular brasileña pues Pelé y compañía se dedicaron a escribir con los pies un cierto manual de autoayuda, conocido como jogo bonito, que desde entonces ganó adoradores, admiradores, estudiosos, practicantes y consumidores gracias a los títulos sucesivos en Chile 62 y México 70.

Pero quizá por la euforia muchos olvidaron una anotación dejada a modo de pie de página por el dramaturgo, tan amado como odiado por su tendencia a decir lo que muchos callaban: "El brasileño es un narciso al revés, escupe en su propia imagen".

Y su predicción tuvo su primer indicio en 1974. "Vamos a exprimir esa Naranja mecánica hasta sacarle todo el zumo", habría dicho el técnico Lobo Zagallo antes del partido contra Holanda hace 40 años. A ese encuentro de semifinales los brasileños llegaron seguros de tener a la mano el cuarto título mundial, pero la Holanda de Johan Cruyff fue implacable y se impuso por 2-0 en Dortmund.

"Era frío. Lo escupimos, le decíamos maricón, le pasábamos la mano por el culo y no se inmutaba", reveló años después Marinho, quien fue tan impotente ante Cruyff como Luis Pereira frente a Johan Neeskens, a quien propinó una brutal patada de la que hasta hoy se avergüenza y que los sacó del partido a los 84 minutos: al holandés por lesión y al brasileño por expulsión.

Para los estudiosos, el jogo bonito murió la tarde del 5 de julio de 1982 en el estadio de Sarriá. El equipo de los sueños liderado por Zico, Sócrates, Falcao, Cerezo, Júnior y Eder, que jugaba con la batuta del fallecido Telé Santana, se daba por bien servido con un empate para llegar a semifinales, pero Paolo Rossi se encargó de destruir el sueño con tres cañonazos.

Cuatro años después de ese terrible 3-2, Telé Santana volvió a la carga pero esta vez Zico llegaba disminuido por sucesivas lesiones y el resto del elenco amenazado por la inminencia del fin de su era. Después de un empate 1-1, el partido de cuartos de final fue a una tanda de penaltis y Francia se impuso por 4-3.

En el Mundial de 1990 que se jugó en Italia el gran pecado de esa selección de jogo muito feinho de Sebastiao Lazaroni fue perder con Argentina en octavos con un gol de Caniggia a pase de Maradona. La decepción no fue mayor porque la albiceleste no conquistó el título.

El 12 de julio de 1998, más de 5.844 días atrás, la canarinha de Ronaldo perdió la final del Mundial de Francia ante los anfitriones por 3-0. Hasta el Mineirazo de ayer, era la peor goleada sufrida.

Pero otra decepción propinaron les bleus el 1 de julio de 2006: Thierry Henry se encargó de mandar a casa a Ronaldo, Ronaldinho, Kaká, Adriano y compañía al marcar el único gol del partido de cuartos de final del Mundial de Alemania al que los brasileños llegaron poseídos de la figura rodriguiana del narciso al revés. Como el que el martes escupió sobre su imagen sobrevalorada.

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