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El campeón obstinado

  • El número 1 del mundo se desquitó en el All England Club de las tres últimas finales perdidas en 'majors'

Novak Djokovic ha sabido superar la decepción acumulada en tres derrotas consecutivas en finales de Grand Slam para conquistar finalmente su séptimo major en la que probablemente es la pista más exigente del circuito, la central del All England Club. Al derribar a Federer precisamente en su escenario fetiche, el serbio le ha negado un pedazo de historia del tenis al suizo, que quería agrandar su leyenda conquistando su decimoctavo Grand Slam, más que ningún otro jugador.

Federer se topó sin embargo con un tenista herido, que había perdido cinco de sus últimas siete finales, y que le arrebató ayer con rabia el torneo para recuperar además la primera posición del ranking de la ATP. Junto a Djokovic se ha mantenido en todos los partidos del torneo el ex tenista alemán Boris Becker, tres veces campeón de Wimbledon y responsable del cuerpo técnico del serbio desde finales de 2013.

Con su segunda victoria en el All England Club se quita la espina de la derrota que sufrió el año pasado en este mismo escenario, en una final que se llevó el británico Andy Murray. Aquella batalla perdida fue el inicio de una época gris en la carrera del serbio, que volvió a caer en sus dos siguientes finales de un gran torneo, en Estados Unidos y Roland Garros, las dos veces a manos de Rafael Nadal.

Su segunda victoria en Londres devuelve el optimismo al balcánico, que en abril anunció que espera su primer hijo con su novia, Jelena Ristic, y que ha dedicado su vida al tenis desde que era un niño. Novak pudo ser esquiador como lo fueron de forma profesional su progenitor, Srdjan, y sus tíos; o futbolista, como lo fue también su padre, pero rompió con esas tradiciones familiares para empuñar la raqueta. Criado tenísticamente en la academia de Niki Pilic en Múnich, donde empezó con 12 años y donde permaneció durante dos temporadas, Djokovic pronto comenzó a despuntar. Fue la ex tenista y entrenadora Jelene Gencic quien distinguió sus cualidades con la raqueta entre el resto de niños y manejó los hilos para asegurarse de que dedicaba gran parte de su tiempo al tenis.

Djokovic destacó rápido como un gran jugador en pista dura, aunque se adapta a cualquier pista y situación, algo que dejó demostrado al convertirse en el tenista más joven que alcanzó las cuatro semifinales del Grand Slam, con 20 años y 247 días.

En su época de júnior avanzó a las semifinales del Abierto de Australia en individual y dobles en 2004, pero no logró ganar un título en esa categoría. Dotado de una gran gama de golpes, con revés a dos manos, capaz de pegar plano, liftar y sacar a 200 kilómetros por hora con regularidad, su juego lo ha llevado a ganar 45 títulos en su carrera, siete de Grand Slam.

En 2008 ganó su primer gran torneo, en Australia, tras lo cual Djokovic se convirtió durante algún tiempo en un semifinalista habitual en los Grand Slam. Fue entonces cuando adquirió ese talante derrotista que lo ha vuelto a acosar en el último año y medio. La larga racha de resultados por debajo de sus expectativas que siguió a su victoria de 2008 terminó en 2011, cuando estalló como uno de los mejores del circuito y conquistó tres majors: Australia, Wimbledon y US Open. Entonces, achacó su meteórica mejora a los cambios en su dieta que le recomendó el nutricionista serbio Igor Cetovjevic.

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