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Al borde del abismo (3-5)

  • El San Fernando pierde de manera incomprensible contra el Cacereño Tras estar 82 minutos por delante en el marcador, los isleños dejan escapar la renta al final del choque

Comenzar la crónica de hoy es una complicada misión. Posiblemente lo inversamente proporcional al placer que produce el narrar una alegría, un ascenso, una consecución de algo. La de hoy es la parte más negativa del fútbol, las malas imágenes, la desolación de personas con las que uno convive casi a diario. Y por ello, es tremendamente complicado analizar lo que ayer le pasó al equipo azulino.

Independientemente de ello, las consecuencias de lo que ocurrió, prácticamente, han llevado al cuadro de La Isla al abismo de la Tercera División. Ayer se pasó de héroes, a villanos. De la gloria, al más profundo infierno. Del todo, a la nada. Y todo eso, en un abrir y cerrar de ojos. En los malditos últimos diez minutos del partido, justamente lo que ha venido condenando a los isleños toda la temporada. Ayer no iba a ser menos y la derrota dejó caras difíciles de narrar, situaciones dolorosas y mucho, mucho, dolor en una familia azulina que, sin duda alguna, no está pasando el mejor de los momentos.

El fútbol es así de ingrato, unido ésto a lo maravilloso que es en infinidad de ocasiones. Por eso, el fútbol levanta pasiones. Y por ello el deporte rey, es un sentimiento que no deja indiferente a nadie.

El San Fernando ha tenido, en muchas ocasiones esta temporada, la posibilidad de no pasar, ni siquiera, apuros en esta recta final de campeonato y, por contra, tendrá que jugarse todo a una carta en su desplazamiento a Guadalajara, siempre pendiente de lo que hagan otros rivales y con la loza de no haber ganado ni un solo partido lejos de su casa en toda la temporada. La misión no es imposible, pero si tiene tintes de quimera.

Analizamos lo de ayer y es complicado en todos sus aspectos. No es posible que un equipo que realice la primera parte que puso en liza el San Fernando, pierda un partido. No es posible que se cuenten con tantas ocasiones de gol para sentenciar un encuentro, y se termine perdiendo. No es posible que se sea tan superior al rival, y no se consigan los tres puntos. Todo en la vida no tiene una explicación.

Y a eso, los isleños se pusieron rápidamente por delante en el marcador. Era el minuto 3, era un balón interior de Ocaña, era una indecisión de la zaga local y la culminación de Carlitos. Se las prometían felices los de San Fernando.

Valverde, en el 5' disparo desde lejos y David Valle respondió con seguridad y en el 16' Adrián Gallardo tuvo la primera de las muchas claras ocasiones con las que contaron los de Masegosa. El ariete robó con picardía el cuero cuando éste era cedido al cancerbero Vargas, pero no estuvo diestro en el remate y el balón fue interceptado en sus pies por el portero extremeño. Podría haber sido la primera de las muchas sentencias que tuvo el partido.

Los foráneos, lejos de amilanarse, se estiraban con maldad para buscar la igualada. Eso daba espacios a los isleños que encontraban en Abel Molinero y Adrián Gallardo estiletes dispuestos a cortar.

En una acción del delantero, el cuero fue introducido en el corazón del área para que Ocaña no fallara en el remate. Era el dos a cero, el júbilo, la sentencia, los puntos de la permanencia en el bolsillo. Pero el partido iba a ser tremendamente largo.

Antes del descanso, llegó otra clara. Una falta lanzada magistralmente por Abel Molinero fue repelida por el poste. Ya había miradas que dejaban síntomas de preocupación por tanto perdonar.

Pero si en la segunda parte se continuaba con la misma intensidad que la primera, no debía, ni tenía, que haber problema alguno. Lo que pasa es que no fue así.

La intensidad bajó, pero sobre todo en la retaguardia. Eso permitió que a la salida de una falta, allá por el 48', David Valle dejase el cuero muerto en el área chica para que Raúl Medina acortase distancias en el marcador.

Comenzaron los nervios, las miradas, los brazos pidiendo el no se qué, la incertidumbre. Pero en esta primera ocasión todo quedó paliado con un pase de Abel Molinero a Adrián Gallardo que no perdonaba para poner el tres a uno que, de nuevo, parecía definitivo.

Hasta ahí, todo perfecto. Pero se volvió a bajar la intensidad defensiva y, de nuevo, a la salida de una falta, en el segundo palo tras errores y errores, Palero ponía el tres a dos. Faltaba media hora larga, tremendamente larga, de juego.

A partir del 82', después de Abel Molinero, en el 61' y José Vega en el 64', tuvieran sus oportunidades, llegó la debacle. El San Fernando pareció perder toda la fuerza del mundo, y con ello la fe. José Ramón remató de cabeza un centro desde la derecha y el tres a tres fue definitivo. Y lo fue porque ya nadie dio pie con bola, porque el San Fernando se transformó en una banda, en un equipo sin nada, vacío, la sombra de lo que era.

Ya los cacereños se encargaron, casi por inercia , de rematar la faena y los goles fueron cayendo con dolor y las miradas a la misma vez al suelo.

Se pierde de nuevo otra oportunidad, se está al borde del abismo, con pie y medio en Tercera, pero como dijo aquel, mientras que hay vida...

Árbitro: Ramón Arias Madrid (ceutí). Quitando algunas decisiones extrañas, como pitar y dejar seguir en el primer gol azulino, sin problemas.

Tarjetas: Amarillas Mejías (38') y Carlitos (71').

Goles: 1-0 (3') Carlitos en solitario tras pase de Ocaña. 2-0 (36') Ocaña a pase de Gallardo. 2-1 (48') Raúl Medina tras rechazar David Valle. 3-1 (51') Adrián Gallardo a pase de Abel Molinero. 3-2 (58') Palero remata en solitario. 3-3 (82') José Ramón de cabeza. 3-4 (87') Raúl Medina en jugada personal. 3-5 (90') José Ramón culmina una contra.

Incidencias: 2.500 espectadores en el Iberoamericano.

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