El Chiclana Industrial abrió ayer el casillero de victorias este curso, gracias a los locos bajitos del equipo: Maikel, Johny y Manolito. Los dos primeros fueron los autores de los goles y el tercero cuajó un gran partido, aunque fallara el penalti que tiró. La alegría por los tres puntos se vió empañada en parte por la actuación arbitral. Esto ya no es noticia, pues desde hace un par de temporadas parece que los colegiados tengan carta blanca en El Fontanal para sancionar faltas inexistentes y demás acciones pitadas erróneamente. Ya en la última jornada se vivió otro esperpento similar en Vejer , pero todo tiene un límite, aunque algunos no sepan dónde está.

A pesar de todo, los rojinegros sabían que era necesario ganar ya para no descolgarse de la tabla. Y con el vestuario plagado de bajas entre lesionados y sancionados, los chicos de Bolli se reinventaron una vez más. Tras los primeros minutos de tanteo llegó el gol de Maikel en el 18, tras disparar un balón trastabillado en el área y que despistó a Pablo Rodríguez con su bote. Los destellos algeciristas se diluyeron pronto, aunque tenían su punto fuerte en los contragolpes. Diez minutos después llegó la preciosidad de Johny, que recibió el esférico perfectamente alineado, se plantó ante el portero y remató cruzado con la cabeza allí donde el meta no pudo llegar. El Industrial de los buenos tiempos volvió en este choque , esperemos que para quedarse.

Tras la reanudación, el ritmo decayó, aunque los locales no dejaron de buscar el tercer gol. Mientras tanto, el Algeciras B desapareció en ataque pero despejaba cada una de las llegadas de los rojinegros. Eso sí, contaban con Nasif, la bala campogibraltareña que amenazaba desde el inicio con liarla en cualquier momento. Y así fue, en un despiste de la zaga chiclanera, el ariete cabeceó en dos tiempos para recortar distancias. A los de Bolli les tocó sufrir hasta el final pero consiguieron la victoria.