No hace mucho que al cadismo se le abrían las carnes después de que Arturo Baldasano y Moisés Israel hicieran públicas una supuestas irregularidades económicas, que eran la excusa perfecta para pegar una de las espantadas más absurdas que se recuerdan. Todavía está por ver que haya algo de cierto en esas infaustas afirmaciones. De momento, el club sigue en marcha y Luis Sánchez Grimaldi, el consejero encargado del área económica, afirma que el resultado de la auditoría que se ha realizado a las cuentas del club se va a conocer dentro de muy poco y nada tiene que ver con lo comentado por los ex rectores del club amarillo.

"No hay el más mínimo motivo para el catastrofismo en el estado de las cuentas del Cádiz. La auditoría está casi terminada y se le comunicará a los accionistas en la próxima Junta. No se puede avanzar mucho al respecto porque son los accionistas los primeros que deben conocer la realidad, pero sí se puede decir que no tiene nada que ver con lo decían los anteriores gestores del club", afirma Sánchez Grimaldi.

El economista se ha reunido recientemente con los auditores y ha despejado cualquier duda que pudiera haber: "Se les ha dado toda la información que precisaban y se han aclarado todos los aspectos que podían ser motivo de preocupación. La cuestión no está en los matices, sino en los documentos que estamos aportando y que no dejan lugar a la duda".

Sánchez Grimaldi admite que el club arrastra alguna deuda, pero hace una lectura positiva de ello: "Tendremos que estrecharnos el cinturón a corto plazo, pero no se trata de una cantidad que no se pueda asumir. No se debe nada a la plantilla ni a los proveedores. El desfase viene por los gastos y los ingresos más recientes, pero lo anterior está controlado. El club no corre peligro y se verá en la auditoría".