España

Un 'animal' con alma de niño

  • Tras la imagen ruda que ofrece dentro del campo, el delantero del Atlético esconde a un muchacho tímido, reservado, risueño y nervioso que no ha tardado en ganarse el aprecio del grupo.

"Es un animal con alma de niño". Así define un dirigente de la Federación Española de Fútbol a Diego Costa, un futbolista que vive con sonrisa nerviosa su debut en un Mundial muy particular para él. Se acerca el momento que Costa tiene señalado en rojo desde hace meses: el partido del viernes ante Holanda, el comienzo del Mundial para España y también para el jugador de origen brasileño, el hombre más buscado en Curitiba, donde se ubica el cuartel general de la campeona del mundo.

Costa es la figura más llamativa en estos días dentro de la selección española, un rostro que está acaparando la mayoría de los flashes de los fotógrafos. Y eso es muy significativo dentro de un equipo que tiene figuras tan señaladas y carismáticas como Iker Casillas, Xavi Hernández o Andrés Iniesta. Pero es que el caso de Costa es extremadamente singular. Renunció a la camiseta de Brasil, aunque no a su bandera, para jugar con España. "Aquí siempre le hemos dado el cariño que buscaba", afirma a la agencia dpa un portavoz de la Federación.

Y Costa siente ese cariño. Hoy vivió su primera rueda de prensa en Brasil y no paró de mostrar su blanquísima dentadura, una sonrisa que parecía una mezcla entre nerviosismo y alegría sincera. "De momento las cosas me van muy bien. La gente me ha tratado de una manera que no esperaba. Estoy tranquilo, sé que tengo el apoyo de bastante gente", declaró.

No es una situación sencilla para un muchacho humilde de 25 años, por mucho que aparente más edad. Su renuncia a jugar con Brasil le generó profundas antipatías en su país de origen -¿un brasileño renuncia a jugar con la canarinha?- mientras en España se mantienen las dudas sobre cuál puede ser su aportación a la actual campeona del mundo, tan diferente al Atlético de Madrid, donde triunfó la temporada recién terminada.

Costa jugó dos partidos incompletos con España y todavía no marcó. Pero él se siente importante: "Me encuentro mucho mejor, en ganas y ánimo. Estoy a tope y no va a haber ningún problema". Fiel a su naturaleza humilde e infantil, Costa está viviendo la concentración "como un regalo", según afirman quienes conviven con él. "Todo lo pregunta, todo lo disfruta", añaden las mismas fuentes, que prefieren no ser identificadas.Si en el campo de juego Costa transmite la imagen de un animal, dentro esconde a un muchacho muy sencillo y de carácter afable. Es tímido, reservado, risueño y nervioso. No ha tardado en ganarse el aprecio de todo el grupo.

Ese buen carácter conectó perfectamente con el plantel español, con un vestuario que cimentó buena parte de sus éxitos en el propicio ambiente generado en el vestidor. "Es mejor tenerlo como compañero. Ha llegado con muchas ganas, mucha ilusión, sabiendo que iba a encontrarse una cosa muy buena y muy positiva. Sabíamos que todo iba a ser mucho más fácil. Está muy contento y con ganas de participar. El ambiente aquí, con él y con todos sus compañeros, es espectacular", asegura el jugador del Barcelona Sergio Busquets.

Lo que será difícil es ver a Costa fotografiado con una bandera española, una recompensa que los enviados especiales a Brasil persiguen. Casi todos dan ya por perdida esa caza. "Soy brasileño y eso no va a cambiar, pero quiero ganar el Mundial con España. Si no puede ser, mi segundo deseo es que lo gane Brasil", aseguró recientemente. Ahora la incógnita es ver si el seleccionador, Vicente del Bosque, le otorga galones de titular en el partido del viernes ante Holanda. Es una de las principales dudas que el técnico maneja para un encuentro que todos los integrantes de la selección definen como "clave", dada la entidad de un grupo que también tiene a Chile como otro rival altamente cualificado.

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