Sebastian Vettel (Ferrari) fue el gran triunfador del Gran Premio de Gran Bretaña al lograr la victoria en casa de Lewis Hamilton (Mercedes), que ofreció lo peor y mejor de su repertorio y no pudo hacer válida la pole conseguida el sábado.

La carrera tuvo varios lances decisivos. El primero de ellos, la mala salida de Hamilton, que lo relegó a la tercera plaza tras la primera curva, y que estuvo seguida pocos metros después de un toque con Kimi Raikkonen (Ferrari), quien lo sacó de la pista, quedando el británico relegado a la decimoctava plaza.

Ahí empezó una remontada fulgurante del vigente campeón del Mundo, que con una mecánica muy superior al resto de escuderías, salvo Ferrari, logró llegar a la quinta plaza en sólo 15 vueltas.

Con la carrera dominada por Vettel, dos coches de seguridad consecutivos estuvieron a punto de arruinar el triunfo del actual líder, ya que con la salida del primero de ellos, en la vuelta 33, el alemán optó por entrar a cambiar neumáticos, mientras que Valtteri Bottas (Mercedes) eligió quedarse en pista y afrontar en el primer puesto la reanudación.

Pero en el giro siguiente un accidente entre Carlos Sainz (Renault) y Romain Grosjean (Haas) propició una nueva salida del coche de seguridad que comprometía el triunfo de Vettel.

Estos dos coches de seguridad estrecharon las diferencias al máximo, lo que proporcionó un trepidante final de carrera con varias luchas en pista.

Finalmente, y a cinco vueltas para el final, Vettel lograba superar a Bottas tras varias defensas del finlandés, que acusó llevar el neumático más duro y desgastado que sus competidores. Al final también cedió ante el empuje de Hamilton y Raikkonen, cruzando la meta en cuarta posición.

Pese a la victoria de Vettel y su mayor margen en el liderato, Hamilton logró minimizar al máximo su grave error en la salida con una sobresaliente actuación que lo hizo alcanzar el segundo escalón del podio, si bien se quedó con un sabor agridulce.

En un circuito adverso para su características, Red Bull volvió a ser la tercera fuerza del Mundial con el quinto puesto de Daniel Ricciardo, mientras que su compañero Max Verstappen tuvo que retirarse en la vuelta 47.

Otro destacado fue Fernando Alonso, que un día más mejoró el rendimiento de su McLaren, llevándolo hasta la octava posición tras salir desde la decimotercera, en una carrera en la que volvió a tener sus más y sus menos con Kevin Magnussen (Haas).

También Nico Hulkenberg estuvo a un gran nivel al acabar en una sobresaliente sexta posición tras un fin de semana en el que Renault estuvo muy lejos de los mejores.

El otro damnificado de la salida fue Sergio Pérez (Force India), que al igual que Hamilton se vio envuelto en un incidente que lo sacó de pista y lo llevó hasta la cola de la carrera, pudiendo escalar al final hasta la undécima plaza.

Peor suerte tuvo Carlos Sainz (Ranault), que tras protagonizar una de sus mejores salidas para situarse noveno desde la decimosexta posición, se vio perjudicado por algunas decisiones desde su garaje, y finalmente por un accidente con Romain Grosjean (Hass) que le dejó fuera de la carrera en la vuelta 38. Cruel final para tan buen arranque.

Además de Sainz, Grosjean y Verstappen, tuvieron que retirarse Lance Stroll (Williams), Marcus Ericsson (Sauber), Charles Leclerc (Sauber) y Brendon Hartley (Toro Ross).