El Barcelona perdió el último partido de la fase de grupos de Liga de Campeones ante el Shakhtar Donetsk (2-3), en un duelo que no era más que un trámite y que estuvo marcado por un juego más lento de lo habitual en un conjunto culé plagado de suplentes.

Empezó asustando el Barcelona con ocasiones de Bojan, Pedro y Hleb y los ucranianos no se acercaron a la portería de Jorquera hasta el minuto 28. Avisaron con un contraataque que cortó Hleb y a una buena intercepción, y con un córner en el que el balón se paseó por el área azulgrana sin encontrar rematador. Pero el dicho A la tercera va la vencida se cumplió y Gladkiy colocó el primero en el marcador para el Shakhtar tras una buena triangulación dentro del área azulgrana. El Barcelona intentó tímidamente abrir la lata ucraniana de la mano de Pedro, que con sus internadas inquietó a Pyatov. El extremo es muy habilidoso con el balón en los pies y aprovechó para animar el partido aunque sin frutos. Junto al canterano, el bielorruso Hleb también demostró su calidad, pero no supo concretar en el último y definitivo pase.

El Barcelona salió más enchufado tras el descanso y se acercó en distintas ocasiones al área de Pyatov, que seguía rechazando todos los balones. La mejor ocasión azulgrana llegó con un disparo lejano de Vázquez desde fuera del área. No obstante, la sensación no era de claro peligro y no parecía que pudiera llegar el gol del empate. Es más, quien marcó fue el conjunto visitante y de nuevo por medio de Gladkiy. Pero la reacción azulgrana, esta vez, no se hizo esperar y el veterano Sylvinho se construyó él sólo, con una pared con Keita, una jugada que finalizó con un trallazo en las mallas ucranianas.

El juego blaugrana mejoró tras el gol, pero el peligro seguía siendo por medio de tiros lejanos. El Shakhtar aprovechó que el Barcelona avanzó sus filas para conseguir el tercer gol y volver a poner tierra de por medio en el marcador. Igual que en el segundo gol ucraniano, el Barcelona no tardó en responder y en a falta de 8 minutos para el final del partido Busquets marcó el segundo. Tras el gol, los jugadores del Shakhtar se dedicaron a repartir patadas y el árbitro inglés se vio obligado a repartir tarjetas amarillas.