Tito Vilanova, Eric Abidal, Xavi Hernández y Jordi Alba: el Barcelona recuperará a importantes efectivos, algunos espirituales y otros deportivos, para el duelo del martes ante el París Saint-Germain correspondiente a la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Vilanova se sentará de nuevo en el banquillo azulgrana después de más de dos meses en Nueva York tratándose un cáncer y Abidal será convocado por segunda vez consecutiva después de un año apartado de los terrenos de juego por un trasplante de hígado, debido también a un tumor cancerígeno.

El equipo siguió funcionando sin ellos, pero ambos regresos son un aliciente para la recta final de la temporada, más funcional el del entrenador, pero con la misma carga anímica que la vuelta del defensa francés.

La prensa española coincidió ayer en que Xavi y Jordi Alba, ausentes el sábado ante el Celta de Vigo en la Liga después de terminar con molestias los partidos de las eliminatorias mundialistas, estarán sobre el césped del Parque de los Príncipes de París.

Ambos futbolistas entrenaron ayer con el resto de sus compañeros en una nueva sesión dirigida por Vilanova, que está superando con nota su primera temporada como primer entrenador del Barcelona tras recoger el testigo de su amigo Pep Guardiola.

Después de un inicio aplastante en la Liga, el Barcelona perdió a Vilanova por su enfermedad. Pero sin él, el equipo azulgrana siguió firmando números aplastantes al mando de Jordi Roura, el segundo entrenador, y remontó una derrota de 2-0 ante el Milan con un 4-0 que lo propulsó desde los octavos de final de la Champions.

El propio Roura definió el ansiado regreso de Vilanova como "revulsivo": "Vuelve el jefe, el primer entrenador". "La de Tito será una incorporación progresiva. Los diez o quince días después del tratamiento son duros, porque es cuando aparecen los efectos secundarios. Si todo va bien, hay muchas posibilidades de que esté en París", agregó el segundo entrenador.

El Barcelona mostró ciertas carencias defensivas y le faltó la chispa que hace su juego letal en el empate 2-2 del sábado ante el Celta de Vigo. Sin embargo, el duelo volvió a confirmar el gran estado de forma de su gran estrella, su hombre récord, Lionel Messi.

El argentino completó el sábado una vuelta completa perfecta al anotar de forma consecutiva a los 19 equipos de la Primera División española.

El récord más bestia; La vuelta perfecta o La vuelta de oro tituló ayer la prensa española, rendida otra vez a los pies del estratosférico jugador argentino.

El cuatro veces Balón de Oro, clave en la remontada del Barcelona ante el Milan en los octavos de final de la máxima competición europea, llega en plena forma al duelo en París.

Pero incluso el argentino, que muchas veces se basta solo para decidir partidos y eliminatorias, sabe que el que el faro del equipo es Tito Vilanova.

"Hoy en día es importantísimo el técnico. Desde que no está Tito lo notamos. Respetamos a Jordi Roura porque es nuestro entrenador y está intentando ayudar a conseguir todo, pero nuestro técnico era Tito y no tenerlo fue un golpe duro", reconoció recientemente Messi a la televisión argentina.

Cuando el crack argentino mire en desde el césped de París a su banquillo volverá a encontrarse con Vilanova, unos metros más allá con Abidal y en el campo con Xavi y Jordi Alba. El Barça, todo parece indicarlo, está listo.