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Tercera división: Una crisis que no tiene fondo

  • El Conil ofrece su peor versión y cae con claridad ante un Gerena superior

Conil: Fran, Fran Ponce, Joaqui, Lucia, Ati, Sergio Iglesias (Narváez, 60'), Crespo, Manzano (Mirri, 73'), Juan Ureba, Brahim (Fran Cortés, 66') y Willy. Gerena: Fermín, Chuli, Fran Ávila, Luis, Juan Martín, Garrido, Iván, Joaquín, Edu (Rafa Navarro, 75'), Rafa (Paquito, 66') y Francis (Kiki, 59'). Goles: 0-1 (33') Iván. 0-2 (60') Fran Ávila. 0-3 (79') Kiki. Árbitro: Durán García (malagueño). Amonestó a Fran Ponce, Joaqui, Narváez; Chuli, Fran Ávila, Rafa, Francis, Paquito e Iván, expulsado por dos amarillas (77'). Incidencias: Unos 300 espectadores en el Municipal Pérez Ureba.

No hay forma. El Conil confirmó en el Municipal Pérez Ureba ante el Gerena los temores y volvió a las andadas al caer con claridad. La victoria frente al Sevilla C en la jornada de entresemana finalmente se quedó en un espejismo, como ya empezó a vislumbrarse en el anterior desplazamiento a Mairena, y la verdadera medida del conjunto amarillo, o al menos la que ofreció a sus aficionados ayer, no invita desde luego al optimismo.

Los pupilos de Pepe Mejías fueron rival para el Gerena apenas media hora, sólo el tiempo que se dieron los contendientes para tantearse y que dio lugar a un primer tercio de choque tedioso, igualado y sin oportunidades.

Por desgracia para los locales, el 0-1, un trallazo de Iván con intención pero también con la fortuna de encontrar puerta, se convirtió en el principio del fin, porque el Conil, a día de hoy, no posee la mínima capacidad de reacción necesaria para levantar un marcador adverso.

Sin duda alguna, habida cuenta de cómo se había puesto el duelo, lo mejor que pudo pasarle al cuadro conileño fue alcanzar el descanso sin desangrarse. Dicen que la esperanza siempre es lo último que se pierde y los seguidores al menos mantenían la ilusión de que las cosas cambiaran al regreso del vestuario.

Sin embargo, la reanudación empujó a la grada hasta darse de bruces con la triste realidad. El panorama no varió un ápice. En todo caso, las feas nubes negras que se cernían sobre las cabezas empezaron a descargar un auténtico chaparrón futbolístico.

Ya fuera por el cansancio acumulado y la falta de frescura que se intuía en los amarillos desde en la primera parte, o por el buen hacer de su rival, el caso es que poco a poco el Gerena impuso su ley, un dominio insultante que no podía traducirse más que en la certificación del triunfo visitante, como de hecho sucedió.

Cual martillo pilón actuara implacablemente cada 30 minutos, Fran Ávila anotó el segundo a la hora de partido y, aunque restaba un mundo, ya no había más pescado por vender. Los sevillanos empezaron incluso a gustarse, a jugar para la galería y a ganarse por derecho propio la etiqueta de mejor escuadra que ha pasado esta campaña por Conil.

Mejías movió el banquillo. Lo intentó el técnico gaditano sin éxito porque los sustitutos tampoco solucionaron nada. El equipo siguió falto de ideas, de claridad, sin capacidad para acercarse con peligro a las inmediaciones del área contraria . Para colmo, cualquier rival que medio maneje el balón le crea infinidad de problemas a este Conil. Y por eso llegó el tercero, obra de Kiki, para un definitivo 0-3 que se antoja tan abultado como justo.

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