FÚTBOL | SEGUNDA DIVISIÓN B

El San Fernando encuentra la recompesa al gran trabajo (1-0)

  • El San Fernando consigue, ante el Recreativo de Huelva, su segunda victoria consecutiva y sale de los puestos complicados de la tabla gracias al gol anotado por Lolo González

Gabi Ramos, con el balón ante Quiles.

Gabi Ramos, con el balón ante Quiles. / San Fernando CD

Victoria ratificada. El SanFernando aparca la crisis, da un golpe de timón y se mete, de lleno, en la pelea, en un visto y no visto. Si los isleños, el pasado sábado, conseguían girar el timón, ante el Recreativo de Huelva ha enderezado el rumbo, ha cogido la senda y ha ratificado que, estando en el infierno, ha emergido cuán Ave Fénix de sus propias cenizas, para albergar la esperanza en un futuro que, si hace una semana era más que incierto, hoy por hoy lo ve en la más clara actuación del optimismo.

Han bastado dos victorias consecutivas para ver todo el color del prima de otra forma, para empezar a creer en los de Stankovic que han sido, sin duda alguna, los que han pasado un verdadero calvario y los que ahora remontan el vuelo, los que han creído siempre en ellos y los que tras el partido ante el decano del fútbol español desataron toda la rabia que contenían después de unas jornadas, verdaderamente, duras e inciertas.

Y no es que se ofreciese una gran imagen. Ni siquiera fue un partido de ensueño. Pero si se demostró que nada en la vida sin sufrimiento tiene recompensa. Los de La Isla supieron sufrir como nunca, mostraron, eso sí, su mejor versión de la temporada, sobre todo en la primera mitad, y luego aguantaron, como jabatos, las embestidas de un Recre al que se le iba la vida en el envite y que, como hace cuatro días ante la Balona, empujó más con el corazón que con la cabeza y se encontró a un equipo con el cuchillo entre los dientes y con unas ganas demoledoras de cosechar su segunda victoria consecutiva en lo que va de temporada.

Por eso, el partido fue un puro sufrimiento, sobre todo en la segunda mitad, donde si el fútbol brilló por su ausencia, si estuvo esplendoroso el trabajo, el orden, la consistencia y la ilusión de un equipo fabricado para hacer grandes cosas pero que ha aprendido, a base de cogotazos que en esta división, y más en esta temporada, nadie va a regalar nada y que si no hay un plus de esfuerzo y superación el resultado es la derrota.

Stankovic volvió a cambiar de sistema. Colocó a cuatro fijos atrás y ofreció un doble pivote con Lolo González, que volvía al equipo, y Raúl Palma que, por momentos volvieron a entorpecerse en sus labores. Pepe Bernal, (inexplicable como han tenido que pasar tantas jornadas para verlo en el titular) se convirtió desde el inicio del partido en el mejor de su equipo, cogió las manecillas e hizo funcionar el reloj.

Dos bandas para Biabiany y Hugo y Francis Ferrón en punta. Con ello, el sacrificado era Dopi con respecto a lo que se había ofrecido ante la Balona, y en los primeros compases del partido, la cosa funcionó de lo lindo. Moha avisó para los onubenses en el 8’ en un remate de cabeza y Pepe Bernal, un minuto después, no le fue a la zaga en un disparo que se marchó fuera. El centrocampista tuvo la segunda en su cuenta particular y en la del equipo en el 14, al intentar aprovechar un indecisión de la zaga onubense.

Y con esto, cuando el partido transcurría en su media hora de juego, un córner botado por el propio Pepe Bernal, era peinado por Biabiany y rematado por Lolo González. Era el tanto de la tranquilidad, de la creencia, de la ilusión y con ello, tomó alas un equipo que necesitaba volar. La primera parte había sido dinámica, de ritmo, de entrega y lo suficientemente atractiva para que no se hiciese larga. Y en la segunda tocaba sufrir, nadar y guardar la ropa, sacrificarse en defensa y buscar la contra, esa que no llegó nunca, pero en el debe cabe señalar que tampoco llegó nunca una preocupación excesiva en los metros finales por remates de los onubenses que no encontraron, en ningún momento, la manera, ni las oportunidades, para lograr la igualada.

Pepe Bernal, de nuevo en el 46 disparaba desde lejos para obligar a Nauzet y en el 62’ era Chuli el que probaba a Perales en un disparo por bajo, mientras que la réplica la ponía Hugo Rodríguez en un remate de cabeza, de espaldas a centro de Gabi Ramos que se iba fuera por muy poco. Si en el 74’ Pepe Bernal hubiese anotado en sus intenciones desde el centro del campo, hubiese realizado el partido perfecto, pero no acertó con la meta de Nauzet.

Los minutos finales, y el descuento, fueron de infarto, de sufrimiento de la parroquia azulina, la escasa que puede ver el partido, y de tener el corazón en un puño. Pero el trabajo tenía que tener la recompensa de la victoria y ésta llegó. Ya van dos de dos.

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