El Mundial de Fórmula 1 llega al Gran Premio de Japón, decimoséptima prueba del calendario, con un líder, Nico Rosberg (Mercedes), que quiere seguir mandando en la clasificación de pilotos y una escudería, McLaren, que necesita demostrar su mejoría en su casa de Suzuka.

A falta de cinco carreras para la conclusión de la temporada, el tercer puesto de Rosberg el pasado domingo en Malasia, unido a la rotura de motor de su compañero y máximo rival, Lewis Hamilton, permiten al alemán afrontar la prueba de Suzuka con 288 puntos, 23 más que el británico.

El abandono de Hamilton en Sepang, cuando le faltaban apenas 15 vueltas para completar la carrera y liderar la general de pilotos, fue providencial para un Rosberg que había tenido un accidente nada más salir con Sebastian Vettel (Ferrari) y que tuvo que escalar puestos desde el vigésimo primero al tercero.

El doblete de Red Bull en Malasia, con victoria de Daniel Ricciardo y segunda posición de Max Verstappen, impidió que Mercedes festejase la conquista del Mundial de Constructores. Un triunfo apenas aplazado, ya que la escudería alemana, 553 puntos, atesora una diferencia de 194 sobre Red Bull.

Fuera de la lucha por el título mundial, la carrera será un examen en toda regla para McLaren, en su segundo año de reencuentro entre el equipo inglés y el fabricante japonés, que acuden al circuito propiedad de la casa nipona en un estado más esperanzador que el año pasado.

Honda espera ofrecer un buen rendimiento y no tener problemas de fiabilidad, para lo cual Fernando Alonso puso un motor nuevo en los entrenamientos libres del Gran Premio de Malasia, recibió la penalización correspondiente (por lo que salió último) y guardó la unidad de potencia para ser empleada en Suzuka.