El Atlético Sanluqueño vio un poquito de luz al final del túnel la pasada jornada con su empate frente al Algeciras (2-2) y esta tarde en El Palmar está obligado a demostrar ante el colista Écija que la reacción en el Nuevo Mirador no fue fruto de la casualidad. Frenó una caída libre de seis partidos consecutivos sin sumar en los que, además, no fue capaz de hacer ni un gol mientras que los encajó como rosquillas. El equipo no gana desde que a mitad del pasado mes de octubre se impuso como local al Granada B por 2-1.

Los verdiblancos regresan a su casa con un partido trampa. Saben que no pueden ni deben perder ante el farolillo rojo de la clasificación si no quieren meterse en serios problemas y también saben que el objetivo no va a ser fácil por la falta de confianza en sus posibilidades que les ha generado los malos resultados.

Para intentar que el equipo esté más arropado y no acuse tanto la presión, la directiva ha abaratado los precios de las localidades para el encuentro.

Carlos Ríos para este compromiso no podrá contar con Mendoza, que cumple hoy el último de los tres partidos de castigo que le cayeron por su expulsión frente al San Fernando, Chico, con cinco cartulinas amarillas, ni con el lesionado Óscar Silva.

El preparador sanluqueño no ha dado demasiadas pistas sobre el once que tiene previsto sacar de inicio pero es más que probable que no realice demasiados cambios en relación al que empató en Algeciras.

La situación es incómoda por la trayectoria del equipo y Ríos lo sabe mejor que nadie pero intenta ponerle buena cara al mal tiempo y ser optimista: "A nadie se le escapa que la dinámica no es buena, nos está costando mucho romperla. Dimos un pequeño paso en Algeciras y ahora nos toca ganar en casa. De todos modos, que nadie piense que va a ser fácil porque si ellos están mal, nosotros tampoco estamos como para tirar cohetes todavía. Hay que respetar a todos los rivales, tendremos que salir centrados y con mucha intensidad porque cualquiera te pinta la cara".