El parón en las competiciones de clubes por los partidos clasificatorios al próximo Mundial llega en un momento necesario para el Bayern Múnich, que quiere aprovechar los días de receso para rearmarse tras los reveses sufridos y volver con la energía renovada.

El empate (2-2) del pasado domingo ante el Hertha Berlín y la lesión de rodilla de Ribery, que obligará al extremo francés a estar alejado durante varias semanas de los terrenos de juego, han complicado la situación del entrenador interino Willy Sagnol, echando sal a una herida que empezó a escocer la semana pasada cuando Carlo Ancelotti todavía estaba a los mandos.

El club muniqués, que ha evitado especificar el tiempo que Ribery estará apartado de la cancha, sufre así otra baja importante que se suma a la del portero titular, Neuer, cuyo regreso no está previsto hasta enero. En la era post-Ancelotti los resultados tampoco acompañan. El equipo no acaba de recuperarse en la Bundesliga, donde esta campaña ha sufrido dos empates y una derrota -ante el Hoffenheim- en un total de siete jornadas disputadas. El Dortmund, su gran rival, lidera la clasificación aventajándolo en cinco puntos. La única duda es si cuando el Bayern afronte su próximo partido liguero, el próximo 14 de octubre ante el Freiburg, Sagnol seguirá comandando el banquillo.

Por el momento, su cargo es de técnico interino y el presidente del club, Uli Hoeness, ha expresado su deseo de que llegue a Múnich un nuevo entrenador antes de que se reinicie la competición. Todas las miradas están puestas en el antiguo entrenador del Dortmund, Thomas Tuchel.

Curiosamente, Sagnol alineó este domingo a todos aquellos jugadores que Ancelotti no incluyó en su lista de titulares ante el PSG, donde el Bayern cayó (3-0) y el técnico italiano firmó su sentencia de muerte. "No estamos dando lo que se espera de nosotros", admitió Thomas Müller. Un ejemplo de la dinámica negativa en la que vive un Bayern que busca recuperar su mejor versión.