Óscar Torres, presidente del Cádiz Fútbol Sala, encara su decimoctava temporada al frente de un club que este ejercicio liguero volverá a contar con el equipo de División de Plata femenina como buque insignia. El mandatario gaditano reconoce que en la actualidad, al igual que muchos otros clubes de la ciudad y del resto de la provincia, "estamos viviendo momentos difíciles", pero es optimista de cara al futuro porque "pasamos por un periodo de expansión en cuanto a formación y a número de equipos federados, pues al margen del conjunto de Plata contaremos con representantes alevín, infantil, sub'16 y provincial, todo ello aparte de las escuelas formativas. En total movemos a unas 200 jugadoras, algo nada fácil con la situación económica actual". Y es que al margen de las ayudas públicas, pocos son los patrocinadores y sponsors dispuestos a apoyar a los clubes modestos. "Ahora, precisamente, ha expirado el contrato de patrocinio que teníamos con la Zona Franca de Cádiz. No han renovado el convenio y volvemos a llamarnos Cádiz Fútbol Sala. Pero les estamos muy agradecidos por los cuatro años que han estado ahí ayudándonos", explicaba Torres, que, con los pies en la tierra, reconocía que el objetivo del primer equipo no puede ser el del ascenso: "No puede serlo por dos razones. La primera es meramente deportiva, pues estamos en un periodo de renovación, contando en la plantilla con hasta ocho jugadoras menores de 17 años. Y la segunda razón es la económica, porque no podemos embarcarnos en una aventura que, quizás después, no podríamos abarcar. Eso sí, aunque el ascenso no es nuestro objetivo principal, no renunciamos a nada".