Un sentimiento embarga por igual a los integrantes de la delegación española para los Juegos de Río: la ilusión. 306 atletas, 163 hombres y 143 mujeres, representarán a nuestro país en un total de 25 disciplinas en busca de demostrar que su trabajo de cuatro años no fue en vano y que pueden dar numerosas alegrías en forma de las siempre soñadas medallas olímpicas, aquellas que parecen relucir más que ninguna otra en el palmarés de un deportista. 

Hace cuatro años, en Londres, España logró 17 preseas -tres oros, diez platas y cuatro bronces- en unos Juegos en los que fue de menos a más y en los que se le escaparon algunos metales que la podrían haber acercado a esa ansiada veintena de éxitos, inalcanzable más allá de Barcelona 1992, cita que sobresale históricamente con 22 medallas. 

Los habituales estudios y análisis de los técnicos, basados en los resultados del ciclo olímpico de 2012 a 2016, indican que la cifra conseguida en la capital inglesa es accesible en Río, pero el equipo con el que España competirá permite, al menos, soñar con superarla y mantenerse en la línea que se inició en la Ciudad Condal, con las 11 medallas de Sidney 2000 como punto negativo. 

España cuenta con muchas bazas para poder brillar en tierras brasileñas. Mantiene figuras que ya relucieron en 2012 como la nadadora Mireia Belmonte, doble subcampeona olímpica en Londres, o el sempiterno equipo masculino de baloncesto, liderado por Pau Gasol y que afila el instinto deseoso de alcanzar otra final con un Dream Team sin varias de sus grandes figuras.

Vuelve además Rafael Nadal, quien se perdió por lesión la cita londinense y cedió el honor de ser abanderado de su país a su amigo Pau Gasol. Colgarse una presea culminaría unos años duros, pues una lesión de muñeca cortó su progresión e hizo temer por su presencia en Río. Pero el balear, oro en Pekín 2008, encarna todos los sueños de españoles.

El equipo nacional tendrá a otros campeones olímpicos como los regatistas Marina Alabáu, Támara Echegoyen y Fernando Echávarri, líderes de una vela que no falla y que quiere demostrar por qué es el deporte español más laureado en unos Juegos; el taekwondista Joel González, cabeza visible de una modalidad que busca emular el cien por cien de efectividad de 2012; o el palista Saúl Craviotto (Londres), quien ansía festejar su tercera presea.

A nivel de equipos España dejó claro que es potencia al clasificar a nueve, haciendo doblete tanto en baloncesto, waterpolo, hockey hierba y rugby a 7, toda una hazaña en el caso de este último.