La selección española consiguió el primer triunfo de su historia en Helsinki. Una victoria sin brillo en una noche gris en la que le faltó frescura, pero en la que los goles de Jordi Alba y Negredo, más el pinchazo de Francia, le permiten poner pie y medio en el Mundial de Brasil (0-2).

España volvía a tomar el pulso a la competición tras la desilusión en la Copa Confederaciones. Lo hacía en un partido con tintes de trascendencia para dar un paso de gigante a la defensa del cetro mundial. Debía ganar en un terreno complicado, donde nunca lo había conseguido, ante un rival que desespera con diez hombres por detrás del balón y que cuando te despistas te mata con la movilidad de Pukki. Así llegó el tropezón de Gijón que ayer se corrigió.

Los errores estaban aprendidos. España, rival a batir por todos, no puede caer en la relajación y debe matar los partidos. Con esas consignas salió al Olímpico de Helsinki en un día en el que faltó físico pero no voluntad. Con Iker Casillas en portería y Vicente del Bosque firme en su decisión de premiar al capitán, su portero, por más que sea suplente en el Real Madrid.

Finlandia llegó a probar a Casillas, cuando Ring a los 12 minutos le hacía un túnel a Koke y ponía un centro peligroso que cortaba Ramos cuando iba a rematar Pukki, e Iker evitaba el gol con los pies. España pasó del susto al gol. Comenzaba a ejercer su dominio cuando emergió la figura de Cesc Fábregas.

El momento Cesc se trasladó a la selección en el mismo escenario donde despuntó en un Mundial sub 17. A sus grandes recuerdos sumó también una acción repleta de brillantez, con un pase picado medido al desmarque de ruptura de Jordi Alba que se perfiló de izquierdas para controlar y marcó con la derecha. Es su quinto gol con la selección, casi todos similares al que rompió la final de la Eurocopa 2012 ante Italia.

España ya había hecho lo más difícil, derribar la muralla finlandesa cuando se acababa de construir. Encerrados en su terreno, el rival sometía a la Roja a un ejercicio de paciencia, pero de tocar los bajitos nunca se cansan. Mario Suárez, sustituto de los lesionados Sergio Busquets, Xabi Alonso y Javi Martínez, no se complicó en su estreno como titular. Tocaba con rapidez a Xavi, que imprimía ritmo, a Iniesta, que inventaba, y a Cesc, que explota a la perfección su libertad de movimientos.

A Finlandia le faltó fútbol pero le sobró fe. Tras la reanudación buscó el gol en unos minutos de coraje en los que Koke demostró que no puede jugar de lateral. Del Bosque buscaba soluciones. No le gustaba lo que veía y apostó por su habitual revulsivo, Jesús Navas, pero a España le siguió faltando velocidad. Aunque Casillas no intervino se llevó algún susto. El peligro estaba en los contragolpes y a balón parado. Estaban advertidos. Así, Tainio remató al lateral de la red un córner y Pukki chutó alto en una jugada en la que no hubo repliegue defensivo español.

Un disparo de Jordi Alba con la derecha hizo intervenir al portero finlandés por primera vez. Era el minuto 61 y Del Bosque decidía prescindir de Cesc y del sistema del falso nueve para apostar por Negredo. Su presencia estiró a España. Rápido tuvo la primera. Xavi le dejó sólo pero Pasanen reaccionó rápido para evitar el disparo en el mano a mano.

Y a la segunda mató el partido. De nuevo apareció Xavi, justo de forma pero con la visión privilegiada de siempre, para poner el pase en profundidad a la velocidad de Navas que puso en bandeja el gol a Negredo. El empate de Francia en Georgia dio mayor valor al triunfo de España en un día de poco brillo.

Finlandia: Maenpaa; Toivio, Pasanen, Moisander, Arkivuo; Tainio (Riski, 69'), Roman Eremenko, Ring (Hamalainen, 69') Halsti, Schüller; y Pukki (Zeneli, 81'). España: Casillas; Koke, Albiol, Sergio Ramos, Jordi Alba; Mario Suárez, Xavi; Iniesta, Cesc (Negredo, 71'), Pedro (Cazorla, 81'); y Villa (Jesús Navas, 56'). Goles: 0-1 (19') Jordi Alba. 0-2 (86') Negredo. Árbitro: Ivan Bebek (croata). Amonestó a Mario Suárez.. Incidencias: Partido de clasificación para el Mundial 2014 disputado en el Olímpico de Helsinki ante 37.492 aficionados. La Federación finlandesa homenajeó a Jari Litmanen, exjugador del Barcelona, entre otros equipos.