Era vox populi. La afición, los jugadores, La Isla, pedía su vuelta y lo hará por donde se fue, por la puerta grande. Pepe Masegosa se convirtió ayer, de nuevo, en el entrenador del San Fernando. Lo hace para sacar a su equipo de donde se encuentra, del pozo, de los puestos bajos, de las complicaciones que han deparado este inicio de temporada.

Masegosa suplirá a Juanma Carrillo, curiosamente, el hombre que suplió al sevillano como director de una orquesta que, si estaba tremendamente afinada el pasado año logrando la mejor clasificación de la historia del club en Segunda B, esta temporada ha dado el cante desde que comenzó la misma y se encuentra sumida en una inmensa crisis, con la que tendrá que trabajar a destajo el técnico para poder salir de ella.

Las negociaciones fueron complicadas y en el mismo cuadrilátero se unieron dos hombres que, con seguridad, estarán inmersos en el mundo del fútbol muchos años. Ñoño Méndez y Pepe Masegosa, tan amigos desde la infancia como competencia en la carrera para llegar a ser entrenador azulino, se disputaron el honor de coger a un equipo, para romperlo con toda la ilusión del mundo.

Al final, el cuadro azulino será entrenado por el que ha sido su bastión tanto de jugador como de entrenador en la última década.

Hoy se pondrá el mono de trabajo y desde las diez de la mañana ya tomará las riendas de un equipo. Sabe que tendrá mucho trabajo para sacar al equipo de donde se encuentra, pero es hombre de retos.

Pepe Masegosa vuelve a la casa que nunca tenía que haber dejado. Lo hace por lo que resta de temporada y una más. Lo hace repleto de ilusión. Lo hace lleno de optimismo y con unas ganas tremendas de que el que ha sido siempre su equipo salga del atolladero. Y lo hace porque siempre se ha sentido azulino por los cuatro costados. Bienvenido de nuevo a tu casa.