Osasuna afronta esta tarde su prueba más dura en lo que lleva de temporada en el estadio Reyno de Navarra, donde no pierde desde marzo, al medirse en un partido pendiente de la nieve a un Barcelona que llega como líder exultante tras la exhibición y goleada ante el Real Madrid.

La nevada caída ayer en Pamplona dejó el césped con un capa blanca de unos ocho centímetros. Los operarios del club comenzaron a retirar la nieve acumulada sobre el terreno de juego para evitar males mayores ante una posible helada nocturna, por lo que en principio no deberían existir problemas para que el partido se dispute.

En el aspecto deportivo, los rojillos confían en un buen trabajo táctico y en un partido físico en un campo de las dimensiones del Reyna para sujetar al equipo catalán, que la pasada temporada cedió dos puntos en Pamplona con un autogol de Piqué y que sólo ha sacado un triunfo en sus últimas cinco visitas a Pamplona.

Camacho tiene las bajas por lesión de Damià, Aranda y Rúper. Asimismo, se espera la vuelta a la titularidad del delantero uruguayo Pandiani, con opciones para el serbio Lekic de ser también novedad en el once inicial.

Este partido físico y duro que le espera al Barcelona no es nada novedoso en los último choques que ha debido afrontar en Pamplona, donde los barcelonistas nunca se han sentido cómodos.

Messi, que durante la semana ha estado entre algodones, se entrenó ayer con todos sus compañeros y estará en el once inicial.