Se niega a hablar de revancha, pero el técnico chileno Manuel Pellegrini va a encontrar en Málaga y antes de lo esperado su oportunidad para desquitarse de su salida del Madrid al final de la pasada temporada.

En Málaga dirigirá un proyecto a su medida, parecido al del Villarreal, donde triunfó durante cinco temporadas. Y de paso, tendrá la oportunidad de ajustar cuentas silenciosamente con el Madrid.

"Estoy muy contento por estar de vuelta aquí en España. Es importante hacer un proyecto que vaya creciendo día tras día", afirmó ayer en su primer día.

Pellegrini, de 57 años, fichó por tres temporadas por un club que ahora mismo ocupa puestos de descenso. El nuevo reto es muy diferente al vivido hace sólo unos meses en el Madrid, un club de máxima exigencia que lleva engullendo entrenadores desde hace casi una década.

Entonces, Pellegrini terminó segundo en la Liga BBVA después de conseguir 96 puntos, récord en la historia del club blanco. Muchas cosas pesaron en su destitución: quedar por detrás del Barcelona, ser eliminado prematuramente en la Liga de Campeones y de la Copa del Rey, su poca sintonía con los dirigentes, la crítica furibunda de un sector de los medios...

Ahora regresa pisando un terreno que le resulta familiar. Como hizo con el Villarreal hace seis años, aterriza en un club modesto pero que sueña con ser grande. Para ello, cuenta con el dinero de los jeques árabes. Aunque Pellegrini ya sabe que hay impaciencia, pues la destitución del técnico portugués Jesualdo Ferreira se produjo tras sólo dos meses de temporada y con un contrato firmado por tres años.

"Lo que más me interesó de Málaga es el proyecto a largo plazo y la intención de hacer crecer el club, de ir potenciando la parte deportiva del club", explicó. Será no sólo entrenador del Málaga, sino que también tendrá plenos poderes para decidir en materia de fichajes, planificación o forma de trabajar las categorías inferiores.

Muchos consultan el calendario y señalan ya en rojo la fecha del 1 de marzo de 2011. Será entonces cuando Pellegrini se siente otra vez en el banquillo del estadio Santiago Bernabéu.