La pasión y muerte del Cádiz B están casi garantizadas por una pésima temporada en la que parece que no habrá lugar a la resurrección. Si un milagro deportivo no lo evita en el próximo mes y medio, los dos primeros equipos de la cantera, de una pirámide sagrada, van a perder la categoría. El Cádiz B, para caer en Primera Andaluza y el Balón, en Segunda Andaluza.

El equipo gaditano jugará mañana en Coria, en un campo muy complicado, sabiendo que está a diez puntos de la permanencia debido a la victoria ayer del San Juan. Si el Cádiz B no fuera capaz de ganar en Coria, quedaría a diez puntos de la permanencia quedando 18 en juego. Por lo tanto, se firmaría junto al Guadalquivir la defunción del equipo.

El conjunto capitalino, ya inmerso en el mes de abril, no sabe lo que es ganar desde diciembre y esa trayectoria le ha hundido en la mayor de las miserias ante la incapacidad del entrenador y la pasividad de un club, cuyos dirigentes han repetido varias veces de manera pública que, poco menos, el descenso del Cádiz B y el del Balón da igual y no es una noticia negativa.

Ese mensaje hace tiempo que ha calado en una plantilla que, al margen de actitudes y aptitudes externas a los futbolistas, trata de levantar la cabeza y mostrar amor por el escudo para finalizar lo mejor posible la que va camino de ser la peor temporada de la historia del equipo, creado hace casi 42 años.