No hay más remedio que esperar una reacción inmediata del equipo cadista, pero ni el juego ni las estadísticas invitan al optimismo. Habría que repetir lo que sucedió con la llegada de Raúl Procopio al banquillo, cuando los amarillos fueron capaces de ganar al Albacete (2-1) y al Numancia (0-1). Fue un hecho evidente que el Cádiz cambió notablemente en esos primeros días. Nada que ver con la imagen ofrecida en Las Palmas o Jerez, pero después el efecto se fue diluyendo y entre el arbitraje sufrido ante el Sporting, los diez minutos malos en Ferrol y la mala suerte contra la Real Sociedad, se esfumó lo mejor de este equipo. Después llegaría la goleada de Vigo y la penosa imagen del domingo con el Nástic.

Han sido contadas las ocasiones en las que el equipo gaditano ha sido capaz de enlazar varios resultados positivos. Con García Remón sólo fue capaz de unir un triunfo y un empate ante el Salamanca y el Alavés, respectivamente. Con Calderón el equipo tardó algo más en reaccionar, pero después de ganar al Xerez, llegó un triunfo en Albacete y un empate contra el Numancia. Tras otro robo contra el Sporting llegaría la mejor racha de la temporada, con cuatro partidos sin conocer la derrota, tres de ellos finalizados en victoria. Fue entonces cuando el ascenso se puso realmente a tiro, pero la alegría duró poco.

Corría el mes de enero y el equipo se debatía entre meterse en la pelea por arriba o quedarse en tierra de nadie. Perdió injustamente con el Málaga, pero reaccionó ganando en Sevilla. Iban a llegar varios refuerzos y había que ser optimista, pero una derrota contra el Hércules hizo mucho daño y después llegaría una época marcada por la irregularidad y un evidente empeoramiento. El equipo perdía su identidad, naufragaba en defensa y ya no era capaz de ganar ni siquiera dos partidos consecutivos. La imagen era muy negativa y el club decidía prescindir de Calderón tras perder en Chapín.

El balance de Raúl es de siete partidos, con dos triunfos, un empate y cuatro derrotas. Lo mejor se vio en sus dos primeras semanas, pero desde entonces el equipo ha vuelto a perder fuelle y la sensación es que no hay respuestas para las exigencias de la competición.

Los números cantan y reflejan que el Cádiz es el segundo peor equipo de la categoría en la segunda vuelta. Sólo lo supera el Granada 74, que en 18 encuentros ha sumado 14 puntos, por 18 de los amarillos. Tenerife y Celta son los otros equipos que ocuparían las últimas plazas en la segunda ronda, únicamente con 19 puntos en su haber. Numancia, Real Sociedad y Sporting son los que mejor han rendido en esos 18 partidos, quizá una premonición de la clasificación final en la lucha por el ascenso.

Tomando como referencia el último mes de competición, ahí sí es el Cádiz el peor de los 22 de la categoría. El empate contra la Real Sociedad es el único botín en cuatro partidos, el mismo bagaje que el Tenerife, que también parece decidido a complicarse la vida, aunque tiene tres puntos más que los amarillos. Granada 74, Éibar y Alavés tampoco han estado nada finos y sólo han sumando tres puntos en cuatro jornadas.