El destino de Ricard Rubio, más conocido como Ricky, está ligado a la NBA aunque el joven internacional, una de las promesas del baloncesto español, deberá esperar a otra ocasión para realizar su sueño pues, tras un largo, intenso y conflictivo proceso con el DKV Joventut, ha optado por permanecer en Europa de la mano del Regal Barcelona.

El buen juego del base internacional provocó que la Penya, su club de toda la vida, le mejorara el contrato en el pasado mes de enero, de forma "unilateral" y "sin contraprestaciones", en el que se incluyó una cláusula de rescisión en caso de una hipotética salida del jugador. La cifra, de 4,6 millones de euros, aumentó el pasado mes de junio en un millón más. Sin duda, ha sido por esta cláusula que Ricky no está en los Minnesota Timberwolves, equipo que se hizo con sus derechos en la NBA tras escogerlo en quinta posición en el draft. Las franquicias norteamericanas solo pueden pagar 500.000 euros por un jugador foráneo a la NBA, por lo que Ricky debía hacerse cargo del resto.

Las negociaciones entre Rubio y el Joventut no fueron en ningún momento cordiales, puesto que el club verdinegro se remitía a un contrato firmado libremente por ambas partes. Pero la cosa empeoró cuando el jugador decidió poner una demanda al club, por considerar que la cifra de la cláusula no era justa a tenor de su sueldo, cercano a los 230.000 euros anuales pero que, antes de enero, era de solo 70.000 euros.

Pese a los intentos de llegar a un acuerdo amistoso, la demanda fue un obstáculo demasiado grande pues el presidente verdinegro, Jordi Villacampa, se negó a escuchar ofertas mientras Ricky no la retirara. Finalmente llegó este momento, aunque ya era demasiado tarde para que el jugador recalara en los Timberwolves, quienes sin embargo guardan los derechos del base.

Ahora, en las filas del Regal FC Barcelona, tendrá dos años más para coger experiencia, mejorar sus atributos y, con ello, estar más preparado para cuando le llegue otra oportunidad de ir a la NBA, siguiendo los pasos de su ex compañero y amigo Rudy Fernández, en los Portland Trail Blazers. El Barça, que ha pagado 3,7 millones de euros más IVA por Ricky, lo presentó en la tarde de ayer en la sala de prensa del Camp Nou.