El Celta de Vigo consiguió una trabajada y sufrida victoria ante el Granada en el partido de ida de la primer eliminatoria de la promoción de ascenso a Primera, en un partido condicionado por la igualdad y en el que un gol postrero de Michu propició que los de Paco Herrera viajen con ventaja al duelo de vuelta en Los Cármenes.

Ambos conjuntos se olvidaron en exceso del buen fútbol para intentar no cometer errores que pudieran sentenciar antes de tiempo una eliminatoria a vida o muerte para ambas entidades. Finalmente, a pesar de que tanto los gallegos como los andaluces se preocuparon en exceso de no recibir goles, el partido pudo llevárselo cualquier equipo merced a las ocasiones que protagonizaron en los últimos compases.

El inicio del primer acto estuvo marcado por la presión y la importancia del envite, que planeaba sobre el césped de Balaídos. Ambos conjuntos se mostraron agarrotados en su fútbol en los compases iniciales, sabedores de que lo que se juegan es nada más y nada menos que su salto a la élite del fútbol nacional. Pese a ello, los locales claramente manejaban la pelota, aunque de manera plana y sin profundidad.

Tras la reanudación, el Granada entendió que en el adelanto de líneas tenía la solución a los problemas del primer periodo. Los visitantes presionaron más arriba y el partido comenzó a derivar en una contienda más igualada con visitas a ambas áreas. No obstante la escasez de brillantez de juego siguió brillando por su ausencia.

Los cambios del técnico local dieron un resultado inmejorable, ya que el recién incorporado Michu aprovechó a diez para el final un centro de Mallo para marcar.