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Messi sale como el Cid

  • El argentino, mermado, ayuda al Barcelona a igualar contra el PSG para alcanzar su sexta semifinal consecutiva El gol de Pedro, una liberación de la angustia para los azulgranas

El Barcelona se clasificó ayer para su sexta semifinal consecutiva en la Liga de Campeones al empatar ante el Paris Saint-Germain gracias a un gol salvador de Pedro y el efecto Messi.

El conjunto catalán sufrió muchísimo y Pastore adelantó al PSG en la eliminatoria. Pero la salida al campo de Messi a los 62 minutos cambió la cara de su equipo, que tradujo su mejoría en un gol de Pedro que hizo bueno el valor doble de los tantos en el 2-2 de la ida.

No fue el mejor Barcelona posible, ni mucho menos. Pero siempre podrá alegar su enorme número de bajas, comenzando por los centrales. Finalmente se resolvió la gran incógnita de la última semana y Messi se quedó en el banquillo, señal de que no se recuperó al cien por ciento para la cita. Y de nuevo, por si hubieran dudas, se comprobó que el Barcelona es un equipo abordable sin el argentino.

El conjunto azulgrana se fue al descanso sin una sola ocasión de peligro. Más aún, su mejor jugador fue el guardameta Víctor Valdés, que impidió que el Paris Saint-Germain cobrase ventaja antes del intermedio.

El conjunto francés jugó muy cómodo, tanto en ataque como en defensa. No le costó demasiado recuperar ni llegar al área del Barcelona, donde hizo valer la calidad de puntas como Lavezzi, Ibrahimovic o sobre todo Lucas Moura, un puñal por la derecha.

El Barcelona no encontró ritmo, cometió muchas pérdidas y vivió agarrado a las ocurrencias de Iniesta. Su equipo echó de menos un mayor aporte de Xavi y las subidas de los laterales, más preocupados por defender que de atacar.

El Camp Nou asistió al desarrollo de la primera parte con un sentimiento de confusión. Algo fallaba en el plan previsto, y probablemente buena parte de la respuesta se encontraba en el banquillo, en cuya primera fila se situaba el ganador del Balón de Oro en las últimas tres ediciones.

En el inicio del segundo tiempo sólo cambió una cosa: marcó el PSG. El conjunto francés continuó mandando y el gol llegó a los 50 minutos, en un magnífico contraataque, con Ibrahimovic lanzando hacia la irrupción de Pastore.

Tres minutos después llegó el momento esperado por toda la hinchada local. Salió Messi a calentar y el Camp Nou estalló en la primera ovación de la noche.

La marcha de Adriano, lesionado, coincidió con la entrada de Messi por Cesc. El ingreso del argentino provocó efectos inmediatos. El primero, de índole psicológica, pues el Camp Nou se metió definitivamente en el partido.

Y luego, se apreciaron las consecuencias en el campo. El PSG pasó a defender 10 metros más atrás y el Barcelona encontró más espacios y un hombre con quien tirar paredes. El gol del empate, que volvía a poner al Barcelona en las semifinales, llegó a los 71 minutos y nació precisamente de las botas de Messi. Su autor fue Pedro y el sufrimiento no cesó hasta el final, pero el Barcelona vuelve a estar en semifinales.

Barcelona: Víctor Valdés; Daniel Alves, Piqué, Adriano (Bartra, 62'), Jordi Alba; Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro, Cesc (Messi, 62') y Villa (Alex Song, 83'). PSG: Sirigu; Jallet (Van der Wiel, 87'), Thiago Silva, Alex, Maxwell; Motta, Verratti (Beckham, 83'); Lucas Moura, Pastore, Lavezzi (Gameiro, 81'); e Ibrahimovic. Goles: 0-1 (50') Pastore. 1-1 (71') Pedro. Árbitro: Bjorn Kuippers (holandés). Mostró tarjetas amarillas a Adriano, Lavezzi, Silva y Beckham. Incidencias: Vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputada en el Camp Nou ante 96.022 espectadores.

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