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El 'Maserati' escala a la sexta posición

  • El viento sólo permitió la celebración de una prueba

Un día complicadísimo en Palma y en su bahía: bruma, un calor sofocante y una humedad insoportable, que en algunos momentos llego a ser del 90%, no sólo en tierra sino también en la mar. Con estas condiciones, la flota que disputa la Copa del Rey se hizo a la mar sobre el mediodía, para esperar en medio de la bahía a que el viento se entablase y, sobre todo, soplase. Hasta entonces el anemómetro de los equipos de navegación de los barcos marcaba un cero absoluto. Sobre las 13:30 comenzó a soplar una leve brisa de Embat (SW) que se fue afianzando hasta los 11-14 de velocidad, lo que permitió la salida a las 14:00.

En el campo de regatas, el Maserati se preparó para la salida como el resto de la flota ORC1, competición estrella de esta edición de la Copa del Rey Mapfre. Regular cruce de línea del barco de León-Irala, ya que llegaron tarde a la línea, lo que le obligó a navegar en medio de la flota y, ya se sabe, esto no es nada bueno.

Y, como muestra un botón: en la primera boya no entró entre los 15 primeros. Tocaba por tanto recuperar y a buena fe que lo consiguieron. Tramo a tramo, el Maserati llegó hasta el tercer puesto en tiempo real. Sin embargo, una cosa es el real y otra es el compensado, que se contabiliza tras la aplicación del rating (hándicap que equilibra las prestaciones entre barcos grandes y pequeños y entre nuevos y antiguos, resaltando sólo estas dos referencias). Así, el Maserati se clasificó en la séptima posición, lo que le permite subir hasta el sexto lugar de la general, una vez computadas las puntuaciones de las tres pruebas celebradas.

El comité organizador dio otra salida para la segunda prueba del día, aunque el viento ya daba muestras de que iba a convertirse en protagonista, la dirección ya presentaba síntomas de cambios y la velocidad comenzaba a descender paulatinamente. Buena salida del Maserati, que con riesgos acertó y se marchó de toda la flota, situándose líder en solitario los dos primeros tramos de ceñida y popa. Al comenzar la segunda ceñida, un role del viento de 90 grados, de modo que del rumbo 315 pasó al 30, obligando al comité a mandar la flota a tierra.

Pepe Ponce, tripulante del Maserati, se refería a esta anulación en los siguientes términos: "La decisión del comité organizador de anular la regata ha sido muy acertada y justa. De haberse continuado, los resultados podrían haber desvirtuado completamente la clasificación".

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