La segunda edición del Tri-Hércules de Cádiz 2013, convertida por causa de fuerza mayor en duatlón tras la invasión de las aguas gaditanas por parte de las tóxicas carabelas portuguesas, reunió finalmente ayer en torno a la plaza de Santa María del Mar, punto neurálgico de la prueba al acoger tanto la salida y la meta de la misma como las transiciones, a unos 300 triatletas que no tuvieron la oportunidad de nadar al cambiarse de manera obligatoria el sector de natación por otro de carrera a pie.

En el plano competitivo se cumplieron los pronósticos pues el sevillano Pedro Lumbreras, policía nacional, se apuntó el triunfo en la general, mejorando en dos puestos el tercero de 2012. Lumbreras impuso su superioridad en los dos tramos a pie a pesar de que sus principales adversarios formaron pelotón con él en el tramo de ciclismo entre Cádiz y San Fernando. Alejandro Campoy, que entró a ocho segundos, y Germán Rodríguez, que lo hizo a diez, le secundaron en el podio. En féminas hubo menos emoción y, en ausencia de la sevillana María Pujol, la primera en atravesar la línea de meta fue una vizcaína afincada en El Puerto, Loreto Pastor. Su ventaja sobre su inmediata perseguidora superó el minuto y medio.

La nota negativa fue la caída de uno de los pelotones ciclistas en una autovía con el piso algo deteriorado. Dos implicados, Tomás Grilo y el gaditano Óscar Gandul Tricaletero, sufrieron sendas fracturas de clavícula pero el segundo siguió adelante sin retirarse.

Juan García, director de la prueba, quiso destacar "la gran seguridad de este año, algo facilitado por la implicación del jefe de la Policía Local, del jefe de turno de la misma y de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil".