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Llega el final para la carrera olímpica más disputada de la historia

  • El COI decidirá este viernes qué ciudad organizará los Juegos de 2016: Madrid, Chicago, Tokio o Río de Janeiro.

Más de lo mismo o un salto a una nueva dimensión: así se resume la decisión que tomará este viernes el Comité Olímpico Internacional (COI), en un día que puede ser histórico para Suramérica.

"A la ville de...". Cuando hacia las 18:30, hora española, el presidente del COI, Jacques Rogge, pronuncie esas palabras, tres ciudades se hundirán en un abismo de tristeza y una estallará de felicidad. Habrá llegado, por fin, el momento esperado tras dos años y medio de lucha por la sede de los Juegos Olímpicos de 2016, una carrera entre Chicago, Madrid, Río de Janeiro y Tokio que dejó en el camino a Bakú, Praga y Doha para situarse como la más disputada de la historia y reunir en Dinamarca a una inédita constelación de poder.

"No hay favoritos, las cuatro candidaturas son de altísimo nivel. Puedo hacer una apuesta: será una decisión por una diferencia de dos, tres o cuatro votos", dijo Rogge en la recta final hacia el 2 de octubre.

Este viernes será agotador para las candidatas y los 106 miembros del COI, ya que comenzará a primerísima hora de la mañana y se cerrará entrada la noche. Sólo 97 miembros votarán en la primera ronda: Rogge se abstiene siempre de hacerlo, los miembros de países candidatos no pueden participar en la elección mientras su ciudad siga en carrera, otro miembro está suspendido y uno más, ausente.

La "química humana", la capacidad de vender el producto, dijo Rogge, juega a esta altura un papel importante en una decisión que mezcla aspectos técnicos, geopolíticos, económicos, intereses deportivos y unos cuantos intangibles.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegará a las 07:00 para una visita relámpago de cinco horas en la que, explotando su carisma y su brillante oratoria, buscará ganar votos para Chicago. Pero lo mismo intentará Luiz Inacio Lula da Silva, que cuenta con un fuerte argumento a favor de Río de Janeiro: los Juegos ya pasaron por los otros tres países candidatos, pero nunca pisaron Suramérica. Además, Brasil será sede del Mundial de fútbol de 2014, lo que garantiza una puesta a punto ideal para unos eventuales Juegos.

Madrid, con el doble lobby del Rey y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tropezó el miércoles a su llegada a Copenhague al verse obligada a disculparse ante Río por unas fuertes declaraciones de José María Odriozola, vicepresidente del Comité Olímpico Español (COE).

Y Tokio, probablemente víctima de la histórica timidez japonesa, parece condenada a ser eliminada en primera ronda tras desinflarse en los últimos meses una candidatura que es considerada la mejor desde el punto de vista técnico. Yukio Hatoyama, el nuevo primer japonés, también está en Copenhague para ayudar a conseguir votos. Como lo están deportistas del nivel del futbolista Raúl o el ex cliclista Miguel Induráin, la ex gimnasta Nadia Comaneci o el ex atleta Edwin Moses, el ex futbolista Pelé o el ex tenista Gustavo Kuerten. Todos convertidos en sonrientes diplomáticos a la caza de votos.

Y aunque ya nadie quiere hablar abiertamente antes de la votación, cuando se les garantiza el anonimato, los miembros del COI pronostican, en su mayoría, un duelo final entre Chicago y Río de Janeiro. Juan Antonio Samaranch (hijo), el único español miembro del COI, es en cambio de los que creen que pronosticar es imposible. "Si algún compañero te dice que sabe lo que va a suceder, o es incauto, o es mentira", dijo Samaranch Jr. "No lo sabe nadie. ¡Nadie!".

Pero su padre, presidente del COI durante 21 años y presente en Copenhague, parece intuir algo: advirtió ya en 2007 del problema que plantea a Madrid la existencia de Río de Janeiro como candidata latina, e invitó a sus compatriotas la semana pasada a ser "pesimistas y cautos" a la vez.

Unos Juegos en Río o en Chicago serían una gran noticia para la poderosa televisión estadounidense, que financia buena parte del presupuesto del COI y podría, desde cualquiera de esas dos ciudades, ofrecer los Juegos en horario de máxima audiencia. Y, aunque poco se hable de ello, también serían una muy buena noticia para el presupuesto del COI, que no fue inmune a la crisis financiera que estalló en 2008: las cadenas estadounidenses pagarán más dinero por los derechos televisivos de unos Juegos en Río o Chicago que en Madrid o Tokio.

Rogge negó una y cien veces que el COI aplique un criterio de rotación continental, pero es innegable que Madrid tiene un problema: Atenas 2004 y Londres 2012 son Juegos en Europa, a los que se suman los de invierno con Sochi 2014. Unos Juegos de 2016 en Madrid serían una sobredosis de Europa, en opinión de muchos, aunque un miembro del comité ejecutivo del COI recordó que el ente olímpico es, esencialmente, "un club europeo". Unos Juegos en Tokio sólo ocho años después de la experiencia asiática en Pekín parecerían también prematuros.

Pero suceda lo que suceda, los Juegos Olímpicos de 2016 impactan por sus potenciales escenarios: voleibol playa en Copacabana y fútbol en el Maracaná, ciclismo con el Palacio Imperial de Tokio como fondo, fútbol en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, deportistas abrazados por el incomparable marco del Lago Michigan.

Un lago que conoce muy bien Obama. Pese a que pasará como una exhalación por Copenhague, el presidente más poderoso del mundo no se desentendió del asunto: envió una carta personal a todos los miembros del COI y habló por teléfono con varios de ellos, pidiéndoles incluso consejo acerca de qué decir a partir de las 08:45 de este viernes, cuando Chicago inicie las presentaciones seguida de Tokio, Río de Janeiro y Madrid. Allí Río intentará cerrar con éxito una carrera en la que pasó de Cenicienta a favorita: los Juegos nunca estuvieron tan cerca de desembarcar en Suramérica como en esta ocasión.

La tensión olímpica es máxima en una Copenhague tomada por un gigantesco operativo de seguridad. La ciudad que menos votos logre en la primera ronda será eliminada, y así sucesivamente hasta que alguna logre la mayoría absoluta. Poco después aparecerá el rostro de Rogge en cientos de millones de televisores de todo el mundo. "A la ville de...": entonces sólo faltará una palabra para terminar con el ya casi insoportable enigma.

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