El argentino Lionel Messi puso el volcán del Barcelona de nuevo en erupción al pasar en 17 horas de doctor Jekyll a Mister Hyde y poner en duda su continuidad en el club la próxima temporada. "No sé qué va a pasar, no sé donde voy a estar el año que viene ni nada", dijo el argentino horas antes de la gala de la FIFA.

"Siempre dije que quería terminar en Newell's, pero como dijo Cristiano recién, nunca se sabe el futuro y mucho menos en el fútbol, que da tantas vueltas y pueden pasar tantas cosas", advirtió Messi.

La frase fue recibida con sorpresa por las decenas de periodistas reunidos en el Kongresshaus de Zúrich y puso punto y final a una reveladora rueda de prensa junto a Neuer y Cristiano Ronaldo.

No en vano, Messi había dicho exactamente lo contrario el domingo después del partido ante el Atlético de Madrid. "No tengo intención de irme a ningún sitio", aseguró el delantero de 27 años en declaraciones a la televisión del club, tras una turbulenta semana en Barcelona en la que se airearon en la prensa conflictos del crack con el entrenador y en la que se publicaron presuntas ofertas por su fichaje. "Escuché que se dijo que mi padre había hablado con el Chelsea y el City. Es todo mentira", dijo Messi el domingo para apaciguar los ánimos en el club, que entró en combustión con el despido el lunes del director deportivo, Andoni Zubizarreta, y la convocatoria el miércoles de elecciones presidenciales anticipadas para final de temporada.

Según la emisora de radio catalana RAC 1, el Chelsea contactó con el padre del argentino, Jorge Messi, para evaluar su posible fichaje por el club de inglés.

La victoria por 3-1 ante el Atlético en Liga, con un Messi estelar, serenó las aguas en el Barcelona y descargó de presión al delantero, al que la prensa señaló de nuevo hoy como medida de todas las cosas en el equipo azulgrana.

"Todopoderoso Messi", tituló El País, que añadió: "Nadie se jugaba más en el partido que Messi. Y Messi fue más Messi que nunca porque ejerció de 7, de 10, de 9".

Messi llegó al Barcelona con 13 años y nunca jugó como profesional en otro equipo. Con él en plenitud, el club azulgrana ha vivido los mejores años de su historia, en los que no sólo conquistó títulos sino que maravilló por su juego.

La salida de Messi del conjunto catalán parecía un imposible hasta hace bien poco. Sin embargo, en las últimas temporadas, después de verse envuelto en problemas con el fisco español, Messi empezó a mostrarse ambigüo sobre su futuro en el club.

En Zúrich fue incluso más allá, al poner en duda su continuidad la próxima temporada, pese a que el Barcelona no puede fichar hasta enero de 2016 por una sanción de la FIFA por el fichaje irregular de futbolistas menores de edad.

Cristiano también había puesto en duda poco antes su lealtad al club blanco ante la pregunta de si le gustaría buscar nuevos desafíos. "Nadie lo sabe, sólo Dios lo sabe", señaló el portugués.

Los dos cracks, que se han repartido los Balones de Oro desde 2008 (dos para Cristiano y cuatro para Messi), coquetearon incluso con la idea de jugar juntos.

"A mí me gustaría que los tres que estamos aquí jugáramos en un equipo, sería interesante", dijo el portugués, de 29 años, ante la pregunta de con qué jugador histórico le habría gustado compartir vestuario.

Messi le devolvió el halago poco después. "Siempre me gusta jugar con los mejores. Va a ser difícil en el mismo equipo, pero obviamente que sí me gustaría (jugar con Cristiano)", señaló el atacante de 27 años.