¡Pim, pam, pum! Tres cargas de profundidad de George hundieron ayer a un buen Conil en el Nuevo Mirador y encumbraron al Algeciras como el rey de la primera vuelta.

El gibraltareño, de vuelta tras sanción, sólo tocó la pelota para marcar, pero estableció la diferencia en un partido en general equilibrado. Tampoco le hace falta nada más. Hizo de león en la jungla y el público ya lo mira como a una extraña especie que hay que proteger.

Seguramente hay mejores jugadores en el Algeciras, pero ninguno con la puntería, con el don del "llanito". Apareció en el minuto 33 para cabecear en el segundo palo un centro magistral de Álvaro García y el Conil se dio cuenta de que andaba por allí, hasta entonces más pendiente de los incansables May y Lata.

En el minuto 45, un saque de Félix voló hasta el área, los amarillos se quedaron quietos, pidiendo una falta, pero George, el más listo de la clase, no perdonó y batió a Rosa con estilo. El tercero fue de pañuelos. De los que el fútbol reserva sólo a los que mantienen un noviazgo con el gol.

Sacó Mario una falta al área y el nueve correteó a su par y le bastó con meter el exterior del pie para colársela a Rosa por su palo. Todavía tuvo el cuarto, en el minuto 69, tras un gran control que le permitió superar al portero, pero dos defensas conileños aparecieron para evitarlo en la línea. ¡Pim, pam, pum! George vuelve a coger el fusil y no falla. Si sigue así lo sacan a hombros.

Tanto acaparó el "llanito" que apenas se notó el partidazo de Javi Chico, ni la labor de la defensa ante un adversario que lanzaba incursiones peligrosísimas contra el terreno de Félix.

El Conil fue de menos a más y en la segunda parte se hizo acreedor de un gol que marcó Baena en el minuto 73 tras la enésima buena jugada de José Antonio, que a ratos hizo del carril derecho una autopista pero acabó expulsado por Miguel Tirado.

La jugada, con la que se echó el telón al partido antes incluso de que se cumplieran los seis minutos de prolongación que anunció el árbitro, terminó en una, llamémosle, discusión acalorada entre futbolistas. No pasó a mayores, pero casi. Es lo que ocurre cuando se enfrentan dos gallos de pelea como el Algeciras y el Conil. Duros, potentes, aunque uno tenga a George y el otro no.

Con esta derrota, el equipo de Manolo Rueda se descuelga un poco de la cabeza, ya que, además de caer ante un rival directo como el Algeciras, el Arcos también venció ante el Xerez B, con lo que se les escapan a cuatro y cinco puntos, respectivamente.