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XLIX SUPER BOWL

Leyendas contra bestias

  • El sello de ganadores de los Patriots y los 'chicos malos' de Seattle deciden quién se sienta en el trono de la NFL.

La Super Bowl se empezó viendo como la mayor de las americanadas. Esos yankees raros, llamando fútbol a un deporte que se juega con las manos. Sin embargo, llegó una emisora de radio española y se inventó una retransmisión del evento, en la que se hizo casi de todo menos narrar el partido. Pero así se descubrió el football a buena parte del público español. A mucha gente le picó la curiosidad por un juego simple en su morfología, extraño en su desarrollo y espectacular para el observador. La noche de la Super Bowl, el tercer evento deportivo más visto del mundo, ya está aquí. Patriots contra Seahawks (00:00, Canal+).

El partido que decidirá quién es el mejor del mundo en fútbol americano enfrenta a los dos mejores equipos de la National Football League (NFL), ya no sólo por sus números, sino por haber demostrado que son los que más recursos tienen para ganar y que no les ganen. Pero no sólo eso. Entran en juego la leyenda construida en los Patriots entre el entrenador, Bill Belichick, y su quarterback Tom Brady, la cual quieren seguir alimentando, y la historia que están empezando a edificar los Seattle Seahawks, actuales campeones y que en apenas dos temporadas ya atesoran partidos para el recuerdo, como la paliza propinada a los Denver Broncos en la final del año pasado o la remontada milagrosa en la última final de conferencia contra los Green Bay Packers (12 puntos en dos minutos).

La final número 49 de la Super Bowl también es un duelo entre dos estilos de jugar al football: por aire (pases) o por tierra (a la carrera). Los New England Patriots no son el adalid en ninguna de ambas facetas, pero sí es de los equipos que más pueden sostener su juego entre yardas ganadas por pase y carrera. Un modelo equilibrado que no lo coloca en cabeza de ninguna de la estadísticas ofensivas (undécimo mejor ataque) y defensivas (decimotercera) de toda la fase regular de la Liga. Los Patriotas llegan al partido más importante del año con el mismo récord en temporada que Seattle (12 ganados y 4 perdidos), con un camino quizás más tortuoso que su rival en play off, teniendo que ganar a Baltimore Ravens e Indianapolis Colts. La figura clave en ataque es Tom Brady, uno de los mariscales de campo más decisivos de su tiempo, secundado por varias figuras clave: Rob Gronkowski, el tight end perfecto para deshacer la defensiva de los Hawks, los receptores Julian Edelman y Danny Amendola, y los corredores Jonas Gray y LeGarrette Blount, héroe en la final de conferencia contra los Colts. La defensiva deberá cerrarse para evitar el juego terrestre de Seattle, algo que tampoco se le da bien. La estadística en play off asusta. De doce equipos, la zaga patriota es la octava que más ha permitido que le hagan yardas. Sus líderes morales son Jamie Collins, que lee muy bien los ataques del rival, y los defensiva backs Brandon Browner y Darrelle Revis.

Enfrente tendrán que sobreponerse a una apisonadora como son los Seattle Seaahawks, que aspiran a ganar su segunda Super Bowl consecutiva y, por ende, la segunda de la franquicia. Un equipo que está haciendo suya la máxima de que las defensas son las que ganan los campeonatos, ese consabido lema que tanto le gusta decir a los listillos que siguen el deporte americano. Aunque el conjunto entrenado por Pete Carroll es mucho más que un equipo que sabe frenar los ataques de los oponentes. Son todo un compendio de virtudes donde sobresale la terrible figura de Marshawn Lynch. El corredor californiano es el monstruo de la pantalla final del videojuego, ése ante el que los Patriots tendrán que sacar su mejor armamento si quieren ganar su cuarto anillo. A todo esto se añade el componente emocional, ya que su futuro pende de un hilo y podría ser su último partido vistiendo de verde. Qué mejor manera que despedirse de la franquicia que ganando su segunda Super Bowl.

Pero mientras las miradas se focalizarán en Lynch, Russel Wilson también tendrá que sacar su artillería pesada. Tiene ante sí el jugoso reto de convertirse en el quaterback que en tres temporadas de titular puede conquistar dos campeonatos. Un éxito basado en una cabeza que piensa más rápido y mejor que la mayoría de las que hay en la NFL.

Si las rastas de Lynch señalan el camino en ataque, las de Richard Sherman hacen lo propio en la tarea defensiva. Este cornerback es la extensión sobre el campo del intenso Pete Carroll. Aunque tanto Sherman como Chancellor, los dos estiletes defensivos de Seattle, llegan con molestias físicas. Otro desafío más en para un club que después de realizar una de las remontadas más gloriosas que se recuerdan en la final de conferencia ante Green Bay Packers, tiene la moral por las nubes. Ahora habrá que ver si saben dosificar ese subidón ante las leyendas de Nueva Inglaterra.

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