ciclismo tour de francia

Kittel firma el triplete

  • El alemán logra su tercer triunfo imponiéndose en un ajustado sprint que se resuelve gracias a la 'foto finish'

  • Los favoritos pasan una jornada tranquila pese al intenso calor

Kittel y Boasson Hagen, en primer término, disputan el sprint en la meta situada en la localidad de Nuits Saint Georges.

Kittel y Boasson Hagen, en primer término, disputan el sprint en la meta situada en la localidad de Nuits Saint Georges. / ROBERT GHEMENT / Efe

Marcel Kittel (Quick Step) vivió momentos de máxima tensión antes de ver en la foto de llegada que era el vencedor de la séptima etapa del Tour, una jornada de transición de 213,5 kilómetros en la que Chris Froome (Sky) no pasó apuros para seguir al frente de la general.

Fue una llegada masiva ajustadísima. Se decidió casi sobre la misma raya de meta entre Kittel y el noruego Edvald Boasson Hagen (Dimension Data). Incertidumbre y espera. La foto finish señaló al gigante alemán por 6 milímetros, quien celebró emocionado su tercera victoria en la presente edición, la duodécima en el Tour, por lo que iguala el récord un esprínter compatriota e ilustre como Erik Zabel. No era la primera vez que Kittel, que recuperó el maillot verde, dependía de una foto para ver si era vencedor de etapa, pues el año pasado ganó con la misma incertidumbre en Limoges por delante del galo Bryan Coquard.

Fue una victoria al sprint que bien hubieran podido compartir Kittel y Boasson Hagen, pues la foto, a la vista, mostraba las ruedas de ambos ciclista a la par, de ahí que el Dimension Data solicitara a los jueces la revisión de la imagen.

Camino de las montañas del Jura y ante la jornada de hoy, que anuncia la primera escapada victoriosa, Froome conservó los 12 segundos sobre su compañero Geraint Thomas y 14 con respecto al italiano Fabio Aru (Astana), quien ahora vive con la vitola de jefe de la oposición. Su victoria en la Planche le dio galones al líder de la montaña.

Alberto Contador (Trek) sigue octavo a 52 segundos y Nairo Quintana, noveno a 54. Madrileño y colombiano se mantienen a la espera del fin de semana en los montes del Jura, donde deberán iniciar la operación recorte de diferencias con Froome.

La de ayer fue una jornada más dura que difícil. Un trago largo bajo el sol, más de 200 kilómetros a 31 grados que desafiaron Mori (UAE), Gène (Direct Energie), Van Baarle (Cannondale), un hombre que acumula más de 300 kilómetros escapado, y Bouet (Fortuneo). La aventura, sin embargo, estaba sentenciada ante el hambre de los velocistas, con cuentas pendientes por el triunfo de etapa para los que aún no han mojado y por los aspirantes del maillot verde.

El pelotón cruzó la ciudad de Saint-Seine-l'Abbaye, a pocos kilómetros del nacimiento del Sena, con un retraso de cuatro minutos sobre los fugados. Pero el sistema de control de caza ya estaba activado para neutralizar a los aventureros cerca de meta, hecho que se consumó a 6 kilómetros de Nuits Saint Georges. El impulso brutal del Quick Step echó abajo las ilusiones del cuarteto, que aguantó más de 200 kilómetros de estéril agonía. Los escapados se dieron la mano antes de claudicar y se apartaron ante la llegada del huracán que ya buscaba la recta de meta.

Como viene siendo habitual en este Tour, el sprint no tuvo orden ni concierto. Ningún equipo fue capaz de imponer su tren a la hora de la verdad, por lo que cada aspirante tuvo que tirar de habilidad y estrategia personal para llegarse el gato al agua.

Esta vez atacó de lejos el noruego Kristoff, uno de los guepardos inéditos, así como su compatriota Boasson Hagen y el australiano Matthews. Pero Kittel apareció de nuevo para no perderse la foto ganadora, la que decidió por seis milímetro que era el elegido para subir al podio por tercera vez y darse de nuevo un buen trago de Borgoña después del sorbo de champagne. Emociones fuertes para el germano, aunque lo repita por tercera vez en lo que va de Tour. Nunca son pocas.

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