Julián Rubio se presentó hoy como nuevo entrenador del Cádiz, al que llega con la misión de evitar el descenso a Segunda B, un objetivo que está seguro de lograr ya que, dijo, confía en la «reacción» del equipo en los tres partidos que restan por disputarse antes del final de temporada.

Rubio ha firmado, de hecho, por esos tres encuentros, y llega al club como cuarto entrenador cadista en lo que va de temporada. Anteriormente se sentaron en el banquillo gaditano su antecesor, Raúl Procopio, destituido ayer, además de Antonio Calderón y García Remón, que fue quien empezó la presente campaña

El presidente de la entidad, Antonio Muñoz, presentó a Rubio y dejó claro que que confía en sus posibilidades y en su capacidad de trabajo. «Asume esta difícil situación y con su trabajo y conocimientos va a conseguir los puntos necesarios para salvar la categoría», explicó.

El propio Rubio manifestó que acepta este reto profesional porque el Cádiz es un equipo que le atraía desde hace tiempo. «Llevo muchos años entrenando, salvo un periodo de un año y pico que no lo hice por motivos personales que he dejado atrás. Recibí la llamada y no tuve dudas. Estoy ilusionado y tengo ganas de volver a sentir la tensión y de estar los 90 minutos a tope», dijo.

Por lo tanto, el manchego insiste en la confianza que tiene en sus jugadores para salir adelante en ese trío de encuentros que se deben disputar aún, comenzando por el primero de ellos, que tendrá lugar este fin de semana ante un Málaga que se está jugando el ascenso a Primera.

«De la plantilla conozco a Miguel, porque lo he tenido a mi cargo, y a Parri. No obstante, profesionalmente sí conozco al equipo porque lo he visto esta temporada. Iremos a Málaga a ganar y lo que yo vaya a aportar, tengo que hacerlo rápidamente», dijo Rubio, que cree que a pesar de que hay poco tiempo, el plantel «se puede reactivar».