Italia trata de volver a una precaria normalidad tras el devastador golpe que supuso perder a su gran capitán, Fabio Cannavaro, por una grave lesión apenas seis horas después de aterrizar en Viena el pasado lunes.

Con la perdida del Balón de Oro de 2006, Italia queda huérfana de su patrón en el eje de la zaga, donde se fragua la solvencia defensiva del equipo. Cannavaro estaba tendido a primera hora de la mañana en la sala de operaciones de un hospital privado de Viena para someterse a una operación, pero su ausencia sobrevoló el entrenamiento de los azzurri.

Uno de los protagonistas en estos tiempos de turbulencias fue Antonio Cassano. El ex madridista, fiel a su carácter ciclotímico, reparte sonrisas y rabietas a voluntad. Ayer tocaron los abrazos. En la sesión del martes tuvo un encontronazo con Giorgio Chiellini, el jugador que en un lance fortuito lesionó a Cannavaro.

Cassano le afeó su juego duro tras una entrada. Al parecer le espetó a quemarropa: "¿Quieres lesionar a todo el mundo?". El ambiente se tensó en extremo e incluso se acercaron las agresiones. Roberto Donadoni, que renovó por dos años (hasta el Mundial de Sudáfrica de 2010), tuvo que intervenir para calmar los ánimos y llegó a amonestar al ex madridista por su comportamiento.

Nada más salir ayer al campo de entrenamiento, Cassano se acercó a Chiellini y ambos se abrazaron, tratando de zanjar el asunto. Poco después, un grupo de jugadores mantuvieron un ligero peloteo de futvoley con muchos gestos de amistad. La consigna parecía ser: seguimos siendo un grupo unido y hay buen ambiente.

El sustituto de Cannavaro en el equipo, Alessandro Gamberini, defensa de 26 años de la Fiorentina, ha sido otro de los protagonistas tras incorporarse a la concentración. "Antes de llevar la zamarra con el número 5 le pediré permiso para hacerlo", aseguró a la prensa Gamberini, sin ocultar en ningún momento su veneración por el defensa del Real Madrid.

"Es un honor formar parte de este grupo, pero lo siento muchísimo por Cannavaro. Fabio es un líder, un pilar de la selección", agregó. También presentó sus credenciales y aunque reconoció que es el último en llegar, tratará de dar lo máximo en los entrenamientos para poner las cosas difíciles a Donadoni.

"Físicamente, estoy bien, he jugado 60 partidos con mi equipo y ha sido un año muy productivo", explicó, tratando de borrar los comentarios de que llega muy justo para el torneo después de muchos días de parón.

El jugador ha sido uno de los responsables de la gran temporada de la Fiorentina, que terminó cuarta de la liga italiana y alcanzó las semifinales de la Copa de la UEFA. También puede ser muy útil en el partido contra Rumanía, donde puede ser clave para frenar a Adrian Mutu, su compañero de equipo en la Fiorentina.

Mientras, Cannavaro ha decidido que permanecerá con la squadra azzurra por petición propia. No quiere ver la competición por televisión. Era de esperar de un jugador con tal jerarquía. "Es extremadamente importante para el grupo tenerlo con nosotros", declaró Donadoni para dar la bienvenida a la propuesta.

Pero hay que buscar soluciones prácticas. La primera es la de elegir a un nuevo capitán. El apuntado por todos es el guardameta Gianluigi Buffon. El portero ha sido menos veces internacional que su compañero en la Juventus Alessandro del Piero, pero es titular indiscutible, algo que no tiene garantizado el segundo. "Por su experiencia y por su papel en el vestuario es el indicado", aseguran desde el equipo italiano.