El Atlético de Madrid es, un año más, el principal atractivo del Trofeo Carranza. El conjunto colchonero, siempre dispuesto a acudir al santuario cadista, suma su 19ª participación el torneo, el segundo equipo que más veces lo ha jugado por detrás del Cádiz.

La presencia del Atlético no puede ser más seductora. Se trata de un equipo que emerge con fuerza en los últimos años hasta el punto de discutir a Barcelona y Real Madrid la hegemonía del fútbol español. Fue campeón de Liga hace un par de temporadas y, además, se ha ganado por méritos propios un hueco entre los mejores de Europa (subcampeón de la Champions en el curso 2013/14) de la mano de Diego Simeone. El técnico argentino ha instaurado el cholismo, la filosofía simple pero efectiva del partido a partido, y ha aplicado una manera de jugar que hace del Atlético el peor rival posible. Un equipo pegajoso, que apenas deja respirar al contrario, que cierra espacios como nadie y sabe rentabilizar al máximo sus ocasiones, sobre todo desde la estrategia.

El Atlético acude al Trofeo como vigente campeón y con la vitola de ser el equipo que, con nueve copas, es el que más veces ha conquistado el preciado tesoro. El torneo estival será su último ensayo antes de empezar una temporada para la que se ha reforzado con incorporaciones de peso. Destacan los fichajes del argentino Vietto y el colombiano Jackson Martínez para la delantera, el extremo belga Yannick Carrasco, el central montenegrino Savic y el lateral izquierdo brasileño Filipe Luis (regresa al club tras su corto recorrido en el Chelsea), además de la vuelta de Óliver Torres tras jugar cedido en el Oporto. Los nuevos se unen a Oblak, Juanfran, Godín, Koke, Tiago, Gabi, Raúl García, Griezmann, Fernando Torres... Una plantilla de lujo que si por algo se caracteriza es por su capacidad para regenerarse año tras año. La prueba está en la delantera. Llegaron y en su día se fueron Agüero, Forlán, Falcao, Diego Costa... y ahí está el Atlético, más fuerte que nunca.