En la penúltima jugada del partido, en un balón a la desesperada sobre el área del Sporting, con un toque de Godín y el oportunismo de Griezmann, encontró el Atlético tres puntos más por insistencia que por fútbol, nublado hasta entonces por su rival. Quizá demasiado castigo para el notable despliegue defensivo del conjunto asturiano, prácticamente impenetrable hasta ese momento y sin gol por dos extraordinarias paradas del esloveno Oblak, y sin duda un inesperado premio para el conjunto madrileño, que lo dejó todo en cuanto a esfuerzo, ganas y ambición, pero sin remate.

Un día después de la reivindicación de Diego Simeone de las cualidades inamovibles de su equipo, de la presión, de la fortaleza defensiva o del contragolpe, el Atlético necesitó todo lo contrario. Así se lo marcó y se lo exigió el Sporting con ideas muy claras: firmeza, contundencia e intensidad.

Desde esos parámetros, desde la fuerza y la convicción en que se movió en cada sector del terreno durante todo el primer tiempo, planteó al Atlético un jeroglífico ofensivo para su circulación de pelota. Tampoco tuvo imaginación el Atlético por mucha participación de Jackson Martínez en la combinación y en los desmarques, pero sin opción de remate, y por mucha propiedad casi exclusiva de la pelota entre la indefinición en los metros finales y la desaparición preocupante de Griezmann.

Apenas tocó el balón en todo el primer acto. Ni entre líneas ni dentro del área. Tampoco encontró el Atlético el fútbol de Koke. Ni la velocidad de Yannick Carrasco. Ni la precisión en los centros desde los costados, muy intensos por momentos, pero sin conexión final, entre la sensación de que se jugaba más a lo que quería el Sporting.

Porque todas las ocasiones del primer tiempo fueron visitantes y sin oposición, salvo de Oblak. El mérito del Sporting y de Abelardo en el partido, ya terminado el primer tiempo, era incuestionable. Es un bloque muy trabajado, que ni siquiera notó dos lesiones en los primeros 26 minutos, las de Sergio Álvarez y Guerrero, y competitivo al máximo, tanto que el Atlético apenas tiró a portería casi en una hora de juego.

Pero la actuación de su portero sí fue sobresaliente, más por calidad que por cantidad, como demostró con otra estirada a un trallazo que lanzó Jony, el más peligroso de los sportinguistas, desde el borde del área; una parada de valor incalculable, más aún cuando en el último instante Griezmann firmó un triunfo agónico para los rojiblancos.

Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran (Jesús Gámez, 46'), Savic, Godín, Filipe Luis; Koke (Correa, 63'), Gabi, Tiago, Yannick Carrasco (Óliver, 77'); Griezmann y Jackson Martínez. Sporting: Cuéllar; Lora, Luis Hernández, Bernardo, Álex Menéndez; Pablo Pérez, Sergio Álvarez (Nacho Cases, 12'), Mascarell, Jony; Halilovic (Hugo Fraile, 79') y Guerrero (Carlos Castro, 26'). Gol:1-0 (92') Griezmann. Árbitro: Estrada Fernández (catalán). Amonestó a los locales Carrasco, Koke, Filipe Luis y Godín y a los visitantes Bernardo, Nacho Cases y Cuéllar. Incidencias: Unos 54.000 espectadores en el Vicente Calderón.