Las playas de Copacapana, el estadio de Maracaná o el mítico Sambódromo, que albergará la salida y la llegada del maratón, cambiarán la fiesta por el deporte en dos semanas históricas. Pocas veces unos Juegos Olímpicos tendrán un decorado natural tan seductor. El Cristo Redentor, Panz de Azúcar... en el camino hacia las distintas competiciones los aficionados se toparán con distintos paisajes considerados postales turísticas, parajes diametralmente opuestos a los que los últimos Juegos en Londres podía ofrecer hace cuatro años.

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Con la cruda realidad de que Río 2016 sólo mostrará al mundo la cara buena, ocultando la tremenda pobreza que vive la mayoría del país, los Juegos convertirán a la ciudad de las Maravillas en el centro del mundo, primera sede sudamericana de la historia olímpica. Serán los terceros Juegos en el hemisferio sur -tras Melbourne 1956 y Sidney 2000- y los séptimos en un país del continente americano -previamente fueron San Luis 1904, Los Ángeles 1932, México 1968, Montreal 1976, Los Ángeles 1984 y Atlanta 1996-.

La logística de los Juegos se repartirá en cuatro zonas muy marcadas, Barra, Deodoro, Maracaná y Copacabana.