La Real Balompédica debe haber pensado aquello de que a quien madruga Dios le ayuda. La crisis es la crisis y los albinegros partirán esta mañana a las siete con destino a un campo que tradicionalmente no se le ha dado nada bien, el de Lucena. Un escenario en el que sólo ha ganado una vez en once comparecencias y en el que pretende conseguir su primera victoria fuera de casa de la temporada y alimentar de esa forma la ilusión de romper contra todos los pronósticos y alcanzar una permanencia que se antoja quimérica. Los balonos, molestos con la designación arbitral, desplazan a los 17 jugadores disponibles, ya que es baja Carlos Guerra por acumulación de tarjeta y vuelve Marín una vez cumplido su castigo. Baby parece decidido a cubrir la vacante de Carlos Guerra en el eje de la medular con Juli Ferrer y, en principio, González ocupará la vacante que deja este último en el centro de la defensa. El entrenador linense ha señalado el partido de hoy como un punto de inflexión y ha reconocido que en caso de cosechar una derrota en Lucena su equipo "no es que haya dicho adiós a la competición pero ya tendrá muy pocas posibilidades, por no decir que estaría casi imposible" lograr la permanencia.