El Algeciras Club de Fútbol probó en el primer partido en casa de esta temporada lo que es la Segunda División B: Sufrimiento y disfrute. Lo primero tuvo mayor peso en la primera parte, en la que fue dominado, y lo segundo en la reanudación, en la que pudo derrotar al San Fernando.

El encuentro fue bueno a ojos del espectador, prueba de ello es que el público del Nuevo Mirador aplaudió la salida de los equipos, reconociendo el esfuerzo y las ganas de llevarse los tres puntos que, al final, quedaron en la recompensa mínima que da la competición.

En la primera parte, el San Fernando tuvo más la pelota en sus pies, tampoco hizo gran cosa con ella pero se acercó más, rondó más el campo y el área contraria con unos activos Cristian Terán y Berni, con mucha movilidad en ataque y tuvo la mejor oportunidad, un balón al larguero que salió de las botas de Carlitos y se envenenó tras tocar en Carlos Fernández. Mientras que el Algeciras buscó otra cosa: intentar aguantar estando bien colocado por detrás de la pelota y buscar salir a la contra, con velocidad. Ésto último va a ser clave esta temporada en el conjunto de Manolo Sanlúcar. De esa manera creó algunas ocasiones gracias a desplazamientos largos y diagonales casi siempre a un peleón aunque algo solitario Ryan Harper.

Las mejores ocasiones de los locales llegaron al comienzo y al final del primer acto, cuando bajó el ritmo del dominio azulino. En el 17’ Borja no llegó por un centímetro a un buen centro del delantero escocés y ya en el 44’ fue Iván el que la tuvo; estaba algo perdido pero se encontró para sacarse un remate de cabeza que sólo el meta Valle, con una espectacular estirada, pudo evitar que entrara.

Al Algeciras se le puede exigir que en su campo lleve la iniciativa pero esto no es la Tercera del pasado curso cuando la superioridad se hacía evidente como la seda, aquí hay que ganársela en cada balón y, en la primera parte, el conjunto de Manolo Sanlúcar pudo retener la pelota tanto como le gusta y crear juego. Tuvo otro plan y pudo pagarlo en uno de los muchos acercamientos de los isleños, aunque también pudo salirle bien si llega a estar menos precipitado en las decisiones finales.

La segunda parte se tiñó de rojo y blanco. Por fin tuvo la pelota, abrió el campo, creó espacios, entró por una y otra banda, Javi Chico participó más y mejor en la creación. Todo eso cambió de una mitad a otra, aunque volvió a faltarle la pizca de acierto en los últimos metros. La entrada de Ayala pero, sobre todo de Carlitos Andújar iba a buscar esa chispa y el extremeño conectó ocasiones ante un San Fernando cansado, más pasivo, al que pudo doblegar. Los isleños eran ahora los que corrían tras la posesión del otro, esperaban llegar con vida  al centro del campo para dar un balón a sus puñales, o a la lucidez del exbalono Ocaña y que Carrión pescara una pelota de esas que tanto le gusta.

Nada más volver de la caseta, el ex de Los Barrios, un killer, tuvo una ocasión escandalosa, con los pies en el suelo y a escasos metros de la meta de Romero mandó el balón muy desviado con la cabeza. Dio la lata a los centrales albirrojos pero estuvo muy fallón. Impropio de él.

A partir de él, el Algeciras volvió a parecerse al del pasado curso en dominio, en verticalidad y su juego fue más propio del equipo local. La estrategia no funcionó tan bien como en otras ocasiones pero por esa vía los de Sanlúcar también llevaron alguna que otra jugada de peligro. Tras un saque de esquina, un rechace lo aprovechó Carlos Fernández para conectar un disparo seco al que respondió, otra vez de maravilla, el meta visitante. Harper también tuvo el premio gordo en una de las pocas que pudo cazar en condiciones. Y Berlanga. No hubo fortuna para los algecireños.

El Algeciras empezaba a merecer algo ante un San Fernando que pagaba el esfuerzo de la primera. Físicamente el partido decaía con respecto a la primera parte y en algunos momentos pareció roto.

Sanlúcar demostró que quiso los tres puntos y dio entrada a Pedrito. Nada de amarrar, y eso tuvo su riesgos. Ambos equipos agotaron las escasas fuerzas que les quedaban y sus últimos cartuchos. Germán cabeceó alto un preocupante despiste al saque de un córner.

Hasta el final pudo decantarse el encuentro para unos y otros. Con los equipos muy cansados, se rompió el encuentro.Eso provocó la expulsión de Víctor González, que derribó a Pedro Carrión siendo el último hombre. Ahí murió el partido, un buen partido entre dos equipos que se vaciaron, que merecieron más premios de cara a puerta pero que se perdonaron.