Deportes

Éxito de un asidonense

  • José Antonio García Mena se corona montando a 'Bajel de Valdesol'

El jinete asidonense José Antonio García Mena, que nació y vivió en Medina Sidonia, además de estudiar en el IES San Juan de Dios de la localidad asidonense, se coronó como campeón de Andalucía absoluto de doma clásica montando a Bajel de Valdesol. La competición se desarrolló durante dos jornadas en las instalaciones del Real Club Pineda de Sevilla.

La doma clásica es una disciplina olímpica basada en la armonía entre jinete y caballo, en la cual se realizan una serie de movimientos de gran dificultad que aparecen indicados siguiendo un programa preestablecido llamado reprise.

Ha tenido que transcurrir un decenio para que el deportista asidonense, en la actualidad residente en Jerez, se vuelva a colgar la medalla de oro en este importante certamen autonómico, a lomos de un pura raza española tordo de ocho años de edad. En cualquier caso, cabe destacar que este jinete gaditano consiguió el título en la Copa de SM el Rey en la edición del año 2015.

El nuevo campeón de Andalucía estuvo totalmente ligado a la referida localidad de La Janda hasta que se marchó a Jerez con el objetivo de continuar con su preparación y entrenamientos, deseando progresar en el deporte que practicaba.

El binomio formado por José Antonio García Mena y el caballo Bajel de Valdesol se colgó la medalla de oro. La nota conseguida en la prueba del primer día, la Intermedia 1, fue de 68,737 puntos, y en la del segundo, la KUR Intermedia 1, acumuló 72,025 puntos.

También subieron al podio el cordobés José Miguel Egea, medalla de plata con el caballo de raza Quintus Hannover Castaño, propiedad de Bee Pobjoy, y el sevillano Manuel Muñoz, que se hizo con el bronce montando al caballo Divertido de Sasa, un pura sangre lusitano negro de nueve años, propiedad de José Francisco Brito.

Esta disciplina tiene por objetivo el desarrollo del caballo mediante un entrenamiento racional, metódico y equilibrado, por medio del cual el jinete consigue que este realice todas sus órdenes con armonía, equilibrio y actividad. El caballo se vuelve tranquilo, elástico, ágil y flexible, a la vez que se hace más confiado y atento a las órdenes del jinete.

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