Un tal Arvidas Sabonis vestía de blanco cuando el Real Madrid levantó su última Copa de Europa. Ha llovido tanto desde aquel 13 de abril de 1995 en Zaragoza... Eran tiempos de bonanza en los que la entidad madridista se codeaba con la élite europea. Zeljko Obradovic, entrenador del Panathinaikos, claro favorito al título en esta edición, comandaba la nave desde el banquillo, mientras que el gigante lituano era su prolongación sobre el parqué: 23 maravillosos puntos del en 25 minutos escasos para que el Olympiakos de Sigalas, Fassoulas, Tarlac... hincase la rodilla y el octavo entorchado continental viajara hasta Concha Espina.

Algo más de 16 años después, el Real Madrid tiene la opción de volver a reinar en el Viejo Continente, y en Barcelona, con el picante que eso le añade. La cosas no pintan mal para el conjunto de Lele Molin visto lo visto a lo largo del torneo. Su primera piedra de toque será hoy el Maccabi de Tel Aviv (21:00, Teledeporte), un conjunto que ha llegado a esta Final Four casi por casualidad ya que el eterno campeón israelí decidió hacer una remodelación de su plantilla y ha sorprendido a propios y extraños. Sus opciones ante los blancos han bajado después de la baja de Doron Perkins, uno de los referentes del equipo macabeo en defensa. Aun así, cuenta con una plantilla con mucho músculo, capaz de defender 40 minutos con la máxima intensidad, anotar mucho por fuera y dinamitar las zonas con la fuerza de Schortsanitis.

El Real Madrid, por su parte, arriba en un estado de incógnita. Irregular en la ACB, muestra su mejor imagen en Europa. Tomic, Llull, Tucker o Fisher parecen llegar en óptimo estado de forma al momento decisivo, igual que Prigioni que, pese a alborotar el corral la última semana por unas protestas al público del Fuenlabrada, tiene que ser la brújula que guíe la nave a buen puerto. El argentino disputará su quinta final a cuatro, la primera con la camiseta blanca tras participar con el Caja Laboral.

En la otra semifinal parte como favorito el Panathinaikos ante el Montepaschi Siena (18:00, Teledeporte). Los griegos, que se proclamaron campeones en 2009, regresan a la Final Four tras eliminar al Barcelona en los cuartos de final. La mano de Obradovic ha vuelto a ser decisiva en el éxito y con la presencia en pista de jugadores como Diamantidis, de nuevo mejor defensor de la competición, Tsartsaris, Sato y Batiste tienen mucho terreno ganado. Enfrente, los italianos acuden a la Ciudad Condal con mucho que ganar y muy poco que perder. Este año han sabido mantener su estilo y mejorar sus prestaciones pese a la salida de referentes como McIntyre y piezas clave como Eze, Hawkins o Domercant.

El Viejo Contienente busca un nuevo inquilino al trono que dejará vacante el Barcelona. El Real Madrid está a dos pasos de alcanzarlo. Y Europa le está esperando.