Portuense | baza · la crónica

Enésima decepción del Racing

  • Los rojiblancos, con todo a su favor tras el gol marcado por Sambruno a los seis minutos, ceden un empate frente a un luchador Baza que juega la media hora final del partido en inferioridad numérica

Está claro que esta no es la temporada del Portuense. Está claro que los resultados no le están acompañando. Está claro que, una jornada sí y otra también, hay que lamentar el criterio seguido a la hora de confeccionar la plantilla. Y está claro que los errores superan con creces a los aciertos. Carlos Orúe, dueño él de sus actos, llegó tras la destitución de Burgueña pero lo que no ha llegado es la ansiada reacción de un equipo que convive desde el principio con el descenso.

Lo peor de todo esto es que el aficionado comienza a estar harto de todo y ayer, viendo lo que veía sobre el terreno de juego, exteriorizó claramente al entrenador jerezano su malestar. Y eso es una verdad incuestionable. De nada sirve cargar las tintas sobre la afición y su reprobación hacia la actuación de los jugadores, más en particular de Eneko. Orúe debe entender que es necesaria la reacción, o cuando menos un cambio de orientación de un equipo excesivamente nervioso y sin recursos cuando las cosas se tuercen.

Ayer, a los seis minutos, se le pusieron las cosas de cara cuando Sambruno acertó a batir al meta del Baza. El equipo transmitía buenas sensaciones y todo hacía pensar en una tarde bonanza y parabienes. El equipo, muy voluntarioso, triangulaba, se proyectaba en ataque y dominaba con claridad al rival. Dani Zúñiga recuperaba balones y el trabajo en la zona ancha se dejaba notar.

Pero incomprensiblemente, más o menos a los veinte minutos, el equipo dio descaradamente un paso atrás, dejó la iniciativa al Baza y los granadinos, conforme pasaban los minutos, se fueron acercando con más asiduidad a los dominios de Eneko.

El Baza pudo igualar en dos acciones de Durán (28' y 30'), pero, sobre toda en la segunda, Eneko se encontró el balón entre sus piernas y evitó el tanto. A renglón seguido Sergio Narváez disparó y tras repeler Relaño, Sanlúcar no pudo remachar. En el toma y daca que se estaba produciendo, Roberto Carlos realiza un pase atrás, pero salva la defensa racinguista. El partido, de ida y vuelta, se volvió local y Belencoso (45') casi marca si no llega a ser porque Chico, providencial, salvó bajo los palos; en la jugada siguiente, Sanlúcar desaprovechó lastimosamente el segundo gol.

La segunda mitad comenzó con buenas sensaciones, sobre todo porque a los tres minutos Sergio Narváez y Sanlúcar pudieron aumentar la ventaja local, pero Relaño resolvió con nota para el Baza. Poco después, el capitán dejaría supuesto a Mechi y la chispa que aún tenía el equipo definitivamente desapareció con su marcha. Y para estos instantes ya el Baza se había ido estirando con criterio y cada vez que se acercaba al portal racinguista la zozobra se adueñaba de la afición local, debido sobre todo al nerviosismo de Eneko, el cual fue aumentando con las muestras de reprobación de los aficionados.

Pese a todo, al Racing se le pusieron aún mejor las cosas con la expulsión de Rubén (63'). Poco después, Velázquez se marchaba y Palacios ocupaba su puesto. El Racing siguió voluntarioso, pero poco más. Paulino y Dani Zúñiga lo intentaron un par de veces, pero el jarro de agua fría llegó con el testarazo al fondo de las mallas de Pereira (72').

Desilusión general y el Baza, en inferioridad numérica, era capaz de empatar ante un Racing que en los minutos siguientes quiso pero no pudo. Los minutos fueron pasando y con ellos cada vez era mayor la impotencia local, pese a que Orúe dio entrada a Masegosa en un intento por poner algo de orden en algo que no lo tenía. Chico, a la desesperada se colocó de delantero centro, pero todo aquello eran más bien fuegos de artificio que otra cosa. Así se llegó al final y el empate, el desilusionante empate, acababa con el ánimo de propios y extraños. El Portuense, una jornada más, protagonizaba la enésima decepción.

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