España empató en Rusia pese a haber ido por delante en el marcador durante casi todo el partido en un duelo loco en el que Sergio Ramos fue el protagonista al marcar dos goles desde el punto de penalti. Pero si el madridista destacó con España, el jugador del partido fue sin duda el ruso Fiodor Smolov, que marcó también dos goles, pero en jugada y ambos de bellísima factura.

Se esperaba más de España, aunque fuera un amistoso, especialmente después de que le hiciera cinco goles a Costa Rica, pero entre la relajación de los de Lopetegui y la furia local el partido fue una auténtica ruleta rusa que se saldó con empate.

Debutó Suso en el equipo español y pudo ser un día redondo para España, sólo había jugado una vez en territorio ruso, en 1971, con derrota ante la entonces URSS (2-1).

Ni el frío ni la nieve, que cayó horas antes sobre la ciudad, fueron un problema, ya que el techo retráctil del impresionante San Petersburgo Arena convirtió el estadio en una sauna con más de 20 grados de temperatura.

Lopetegui volvió a colocar a De Gea en la portería en sustitución de Kepa, que mantuvo el marco a cero ante Costa Rica, e introdujo a Nacho, pero no como central, sino como lateral derecho. Además, apostó por un tridente en ataque integrado por el debutante Suso, que está haciendo una gran temporada en el Milan, el valencianista Rodrigo, uno de los jugadores de moda en la liga española, y el madridista Marco Asensio.

Mientras, los rusos apostaron por reforzar el centro del campo con mediapuntas como Dzagoev o Alexei Miranchuk en perjuicio de delanteros como Kokorin.

A decir verdad, salieron más fuertes los rusos, que avisaron a la defensa española con dos pases a los que no llegó por muy poco Smolov, el jugador más adelantado de los locales, especialmente el segundo, en el que rozó el balón cuando De Gea parecía batido.

Pero en la primera jugada con criterio de España el balón llegó a la banda izquierda, donde Asensio se sacó de la chistera un centro medido a la cabeza de Jordi Alba, que se encontraba sorprendentemente libre de marca en la posición de delantero centro y que remató al fondo de las mallas. Era el minuto 9.

A partir de entonces, una España que jugaba totalmente de blanco se hizo con el control del balón y no lo soltó hasta el descanso. Sólo Dzagoev, el cerebro del CSKA, logró poner en apuros a España con alguna finta o pase entre líneas, pero Piqué y Sergio Ramos estuvieron muy atentos.

Por si fuera poco, los rusos se metieron ellos mismos el segundo gol con una mano voluntaria de Kuziaev al borde del área grande que el árbitro no dudó en señalar como penalti.

La pena máxima fue convertida por Sergio Ramos, pese a que el portero ruso aguantó todo lo que pudo ante el intento de paradinha del defensa del Real Madrid.

Pero en un despiste español en una jugada en la que los rusos rozaron por dos veces el fuera de juego, Smolov marcó tras recortar a Piqué y soltar un latigazo con la zurda ante el que nada puso hacer De Gea.

A partir de ahí pasó los peores minutos el equipo español, al que los pases cruzados sorprendían siempre descolocado.

Ante la alta presión de los rusos, Lopetegui decidió sacar a Illarramendi, mucho más preparado para un partido físico que Iniesta.

Con todo, los rusos volvieron a castigar la relajación de la zaga española y, tras un rebote afortunado a pase de Zhirkov, Alexei Miranchuk marcó en un disparo a bocajarro a los cinco minutos de comenzar el segundo tiempo.

Pero los rusos volvieron a dispararse en el pie al cometer un penalti innecesario sobre Sergio Ramos, que pareció más un forcejeo, y que volvió a transformar el futbolista del Real Madrid. Un doblete del de Camas doce años después de conseguirlo ante San marino en la fase de clasificación para el Mundial 2006.

Rodrigo pudo sentenciar tras un pase en profundidad, pero su disparo fue despejado por el guardameta local, y Rusia no perdonó el regalo y en otro error de control de España, en este caso de Asensio, los rusos se plantaron en el borde del área española y de nuevo Smolov superó a De Gea con un fenomenal disparo.