Cádiz-Albacete

Empalagoso funeral (0-2)

  • Los amarillos entierran sus opciones de 'play-off' con una injusta derrota tras unos brillantes 70 minutos Los manchegos rentabilizan el bajón físico de los locales y la expulsión de Albentosa

Se acabó el debate. No hay más vuelta de hoja. Cualquier atisbo de duda que aún pudiera quedar sobre la batalla en la que estaba inmerso el Cádiz hasta final de curso quedó despejado ayer con una injusta derrota frente a un Albacete que aprovechó con oficio el derrumbe físico de los locales en el tramo final del encuentro, a lo que contribuyó la rigurosa expulsión de Albentosa. Paradojas de la vida, el conjunto amarillo certificó el fracaso de la temporada en uno de los mejores partidos -si no el mejor- de la campaña. Practicó buen fútbol, se entregó al máximo, creó ocasiones de gol e hizo  vibrar a una afición que disfrutó como hace tiempo que no lo hacía hasta que llegaron los goles. La lucha se centra a partir de ahora en eludir el descenso lo antes posible para hacer examen de conciencia y empezar a pensar en el próximo año.

Raúl Agne apostaba por los mismos hombre que salieron de inicio en el choque contra el Arroyo, con el único cambio de Raúl Albentosa por Domingo en el eje de la zaga. Nada se le puede reprochar a un equipo que agotó todas sus energías, salvo su exceso de candidez frente a la portería rival.

 

El Cádiz salía en tromba en busca de un gol tempranero contra un rival obligado a dar un paso atrás para frenar las acometidas de los hombres de amarillo. Aitor Núñez inaguraba el casillero de ocasiones en el minuto 4 con un remate casi sin ángulo dentro del área que marchaba alto tras un centro de Juan Villar. Sin apenas respiro, el excadista Álvaro Campos comenzaba su particular recital con una estirada para desviar a córner un disparo lejano del onubense. Tras el saque de esquina, Pablo Sánchez mandaba su remate por encima de la portería.

 

El cuadro manchego, al igual que el gaditano, necesitaba algo más que un punto y estiraba sus líneas liderado por Víctor Curto, que firmaba el primer lanzamiento de los visitantes sin éxito (minuto 8). El Albacete presionaba al Cádiz en el centro del campo y buscaba la sorpresa a la contra, como la culminada por Calle con un disparo cruzado que se marchaba fuera (16').

 

Poco más ofrecía el Alba en el primer acto frente a un Cádiz más productivo que nunca en ataque, pero con la pólvora mojada en una mañana lluviosa. Los pupilos de Agné demostraban una otra y otra vez su deseo de engancharse a la pelea por entrar en la fase de ascenso. Presionaban la salida del balón fruto de un enorme derroche físico, generaban fútbol y ocasiones, pero se encontraban con la mejor versión de Álvaro Campos y, sobre todo, la falta de tino en la definición.

 

El otrora portero del Cádiz se erigía en el mejor jugador del conjunto blanco de la primera mitad con cuatro intervenciones salvadoras. El valenciano sacaba dos zurdazos de larga distancia de Álex Granell bien encaminados (minutos 22 y 34), repelía un derechazo de Peragón al que a punto estaba de llegar Juan Villar con la puerta vacía (minuto 44) y ganaba el mano a mano con el máximo goleador cadista al rechazar el remate a bocajarro del 8 al filo del descanso. El atacante, con todo a su favor, no daba con la tecla sin nadie que le molestara para introducir la pelota en el interior del arco visitante. 

 

El equipo local había acumulado méritos sobrados para irse al intermedio con más de un gol de ventaja, pero enfilaba el camino de los vestuarios con el marcador intacto, la paliza que se había metido entre pecho y espalda, cuatro tarjetas amarillas en su haber y el enfado con el árbitro, que había anulado dos goles a instancias de su auxiliar, el primero por un fuera de juego que parecía no serlo  de Juan Villar -autor del tanto- y el segundo tras un cabezazo de Peragón en posición ilegal.

 

Estaba por ver si el Cádiz iba a ser capaz de mantener en la segunda parte la intensidad de los 45 minutos iniciales. Los amarillos se empeñaban en cambiar el guión de un destino ya escrito. En el primer arreón mostraban esa intención con una ocasión pintiparada tras un robo de balón, pero por enésima vez el misil de Juan Villar se estrellaba contra el acierto de Campos en el minuto inicial, justo antes de que el cancerbero saliera a tiempo de su área para despejar el esférico delante del onubense y evitar que éste se quedara solo. El capítulo de oportunidades se agrandaba con una clara de Josete en el 52 a la salida de un córner, pero esta vez era un defensor el que evitaba el gol con Campos superado por primera vez en el encuentro.

 

El queso mecánico se encomendaba a las contras y trataba de volcar sus intentonas por la banda derecha para explotar la velocidad de Tete. Por ese costado nacía una acercamiento peligroso que acababa en gol de Calle de cabeza que era anulado por fuera de juego después recoger un rechace tras un remata de Mario Ortiz.

 

El Cádiz lo seguía intentando como un martillo pilón aunque sin olfato. Juan Villar disparaba fuera desde la frontal del área (61') y el onmipresente Campos desviaba a córner un lanzamiento de Pablo Sánchez, que poco después sufría un penalti sufría por un claro agarrón que el colegiado no consideraba como tal.

 

Consciente de la falta de gol de su equipo, Agné daba entrada a Carlos Álvarez con medio tiempo por delante. El asturiano no alcanzaba por milímetros un buen centro del capitán (minuto 71) en la que sería la última aproximación cadista con posibilidades de gol.

 

Los amarillos empezaban a notar el esfuerzo desplegado durante más de una hora. Jorge Luque y Granell se apagaban y el centro del campo dejó de ser propiedad del Cádiz. Los manchegos detectaban el declive físico de su adversario, se venían arriba y Adrián, poco después de saltar al césped, fallaba de manera incomprensible un remate de apariencia sencilla con toda la portería para él (minuto 73). Sin solución de continuidad, Aulestia evitaba el gol con una gran parada a tiro de Adriá.

 

El Alba perdonaba una vez, pero ya no volvería a hacer, sobre todo cuando los locales se quedaban con un hombre menos tras la rigurosa expulsión de Albentosa, que veía la segunda cartulina amarilla en el minuto 75. Agné trataba de recomponer el tejido defensivo con la entrada de Domingo por Fall, con lo que el Cádiz el poco aire que le quedaba en la medular. Pero la suerte, esquiva con los amarillos, parecía echada. El Albacete cobraba ventaja en el 81 con un zurzado de Miguel Núñez desde la frontal del área que se colaba por la escuadra. El tanto tenía su origen en un error de Pablo Sánchez, que se quedaba quieto cuando estaba era el que más cerca estaba de la pelota.

 

El gol terminaba de guillotinar a un Cádiz mermado en el plano numérico y en el físico. De poco servía el ingreso de Calderón en el campo. Con todo en contra, los amarillos recibían el mazazo definitivo en el 88, cuando el veterano Calle definía con aplomo tras una contra conducida por Adrián después de que Jorge Luque, desfondado, perdiera el balón en el centro del campo. Cruel derrota para despertar del sueño y empezar a asimilar un nuevo fracaso con la tarea pendiente de sellar la permanencia.

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