El jugador malí del Real Madrid, Mahamadou Diarra, fue sometido ayer a una artroscopia diagnóstica-terapéutica que confirmó su grave lesión en la rodilla derecha, que le tendrá apartado de los terrenos de juego hasta la próxima temporada, ya que tendrá que estar sin jugar entre seis y nueve meses.

En la operación se confirmó que sufre una "lesión condral de grado IV en el cóndilo femoral interno y externo y en la meseta tibial externa", más una "rotura compleja en el menisco externo en el cuerno y cuerpo posterior" y "osteófito periférico externo en el platillo tibial de la rodilla derecha".

Diarra se lesionó el pasado 11 de octubre, en el partido que su selección disputó ante Chad, cuando sufrió una parameniscitis en la rodilla derecha con sinovitis, posteriormente volvió a jugar y recayó de su dolencia ante el Real Unión de Irún.

Tras reintegrarse de nuevo a la disciplina del grupo hace unos días, el dolor no remitió por lo que fue sometido a nuevas pruebas por los médicos del Real Madrid y por el doctor Bertrand Sonnery-Cottet en Lyon, que confirmaron la necesidad de pasar por el quirófano.

Su baja de larga duración confirma la mala racha del Real Madrid, que también pierde para toda la campaña a Ruud van Nistelrooy, mientras que se sigue a la espera de la evolución de Rubén de la Red, que sufrió un síncope ante el Real Unión de Irún y sigue sin poder realizar ejercicio físico a la espera de los nuevos resultados.

El Real Madrid regresó ayer a los entrenamientos tras la derrota ante el Sevilla, con la mirada puesta en los duelos próximos de esta semana ante el Zenit de San Petersburgo, en el que buscará una victoria para tratar de ser primero de grupo y, sobre todo, en el clásico del sábado en el Camp Nou.

El susto lo protagonizó Drenthe, que se retiró a los pocos minutos con "molestias en su rodilla derecha".