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Da miedo ver casi vacío el Carranza

  • Homenaje El equipo amarillo se acuerda del ex cadista Miguel García en un encuentro con un ambiente muy gélido

Una alegría en familia. El Cádiz vivió su particular tarde de Halloween venciendo en un encuentro en el que daba cierto temor mirar hacia las tres gradas en pie del Ramón de Carranza, ya que estaban casi vacías. Habría que remontarse a los peores años en la primera y tortuosa etapa en Segunda División B o a la campaña del primer descenso a esta categoría (1993-1994) para recordar el feudo amarillo con tan desolador panorama. Además de poco público, la frialdad en el recibimiento e incluso a la hora de celebrar los goles resultó llamativa. Con victoria o sin ella, el cadismo sigue desertando tomando un camino que, por el momento, no tiene retorno.

Fueron pocos los ojos que vieron el homenaje al ex cadista Miguel García, que sufrió un infarto la semana pasada, luciendo los cadistas unas camisetas con el siguiente mensaje: "Ánimo, Miguel". También hubiera sido importante animar a los valientes que ayer desafiaron al viento, al frío y a la lluvia para tragarse un tostón a pesar del cuatro a uno.

Hay aspectos que invitan al optimismo, como la mejoría del césped del Carranza, que nada tiene que ver con la hierba quemada de las primeras jornadas de Liga. Y hay otros que demuestran que la masa social que queda viva no quiere tener paciencia. A los cinco minutos aparecieron los primeros pitos, que cesaron con la llegada del primer gol. El tanto con el que menos público se ha levantado de su butaca en mucho tiempo provocó que Carranza guardara silencio, sólo usurpado por el golpeo del fuerte viento. Al menos se dejó de protestar. Era un choque venido a menos, pues hasta el palco vip de la avenida, el que permite seguir el partido gracias al derribo de la Tribuna, estaba vacío. Ni gratis interesaba ayer el Cádiz.

El presente del club no es bueno a pesar de que la entrada en escena durante el descanso de los jóvenes de la escuela Michael Robinson, deja ver que detrás de la actual situación hay futuro. A los más pequeños les respetó la lluvia.

El segundo tiempo fue otro sopor, y en las gradas los aficionados en muchos casos contaban anécdotas dando la espalda a lo que sucedía sobre el césped. De hecho, más de uno ni vio el gol del Écija. Sí miraron para pitar a Fran Cortés y Enrique cuando fueron sustituidos, aunque con el extremeño se equilibró un poco más la balanza por la intervención de sus defensores. Lo que no tiene defensa es ganar por goleada y aburrir. Ni que decir cuando el sopor llega con derrota, como en la cuna del chiste.

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