Los pocos aficionados presentes en el Municipal de Conil no se imaginaban, tras un primer tiempo en el que la Roteña puso las cosas difíciles a los locales, que el equipo de Manolo Rueda iba a ser tan superior en la reanudación.

La charla del técnico en el descanso fue muy fructífera ya que no se recuerda en esta temporada tan buen juego y efectividad ante la meta rival.

El Conil no empezó bien y tuvo muchas dudas ante una Roteña que tuvo bien cubierta las posibles embestidas del conjunto local, además fue capaz de adelantarse en el marcador por medio de Cheche de falta directa.

Por suerte para el Conil, en la jugada siguiente el árbitro pitó penalti, tras un saque de esquina, que se encargó de transformar Narváez.

En la segunda parte el dominio fue tan inexplicable como contundente para el equipo local. Las ocasiones volaban en la meta de Zaldúa y como no, Pedrito, de nuevo uno de los destacados, enseñó el camino a sus compañeros para la goleada, marcando en dos ocasiones consecutivas.

A partir de entonces el encuentro se convirtió en un coser y cantar ante un rival completamente roto. Al final, media docena de goles con doble lectura ya que son un duro castigo según lo visto en la primera parte y corto por la cara del Conil en la segundo.