Y no importa que sea verano. Después de unas cortas pero merecidas vacaciones, las gimnastas del Polideportivo Cádiz vuelven a los entrenamientos en las instalaciones del Complejo Deportivo Ciudad de Cádiz.

Para retomar la historia del club en cuestión hay que remitirse al año 1985, cuando se disputó en la capital gaditana el Campeonato de España individual, a partir del cual la gimnasia rítmica empezó a tomar rumbo en la provincia. Con la pionera Amelia Alonso, en el Pabellón Fernando Portillo se formó el Club Gaditano de Gimnasia, que posteriormente pasó a formar parte del Club Polideportivo Cádiz, que tiene otras secciones.

La gimnasia rítmica iba sonando cada vez más en la ciudad, y lo hacía aún más cuando llegó la base de la gimnasia búlgara de manos de Margarita Tomova y Sonia Petrova, espejo de las entrenadoras gaditanas que surgirían a partir de entonces y que ampliaron la rítmica a muchos puntos de la provincia, actualmente la que cuenta con mayor número de gimnastas de todo el territorio andaluz.

En Cádiz, las chicas acuden a diario a los entrenamientos a las órdenes de Inmaculada Arias y Elena Thomas para asumir los nuevos objetivos deportivos, esta vez la temporada de conjuntos. Comienza una época de cambios, de preparación y de nuevos horizontes, que culminará en el mes de noviembre en Zaragoza con la participación en el Campeonato de España de Conjuntos de Base en tres categorías: Prebenjamín, alevín y cadete.

Cuna de grandes gimnastas, en el Club Polideportivo Cádiz resuenan los nombres de Carolina Malchair, Begoña Parrado, María Valdés, Paula Parrado o Irene Panao, entre otros, modelo de las más pequeñas. Como toda gimnasta, las chicas del Poli Cádiz sueñan con llegar algún día a la selección nacional, pero mientras tanto se entrenan para afrontar día a día sus retos más inmediatos. Y es que estas gimnastas acumulan ya un importante palmarés. Entre los méritos deportivos más recientes del club sobresalen el subcampeonato de Andalucía absoluto conseguido por Irene Panao, que le permitió el pase al Nacional, donde logró clasificarse entre las ocho mejores y disputar la final de aro; el título de campeonas de la Copa de Andalucía conseguido por Sara Suárez y María Martínez, con Elda Sánchez alzándose con la medalla de oro en cuerda, o los galardones de subcampeón y medalla de tercer clasificado del Campeonato de Andalucía de base que ostentan los conjuntos alevín e infantil y que intentarán revalidar este año.

Son chicas que desde edades muy tempranas se inician en este sacrificado deporte al que entregan parte de su tiempo de juego, pero, ¿supone esto un gran pesar para ellas? Ariadna Cardona, de diez años, comentaba "me aburro sin gimnasia, me falta algo", y es que las chicas parecen estar muy satisfechas con el deporte que realizan, y con el que esperan seguir siempre ligadas, "como entrenadora o como juez", dice Paula Marchante.

El protagonismo es colectivo y en él es fundamental la labor de los padres, que no dudan en señalar como principal aporte la disciplina deportiva que la rítmica vuelca en sus hijas.

Inmaculada Arias, consciente de que la dedicación a este deporte puede restarle tiempo al estudio, comenta que "el sacrificio no está disputado con el tiempo personal, y no hay que perder de vista que son niñas; tienen libertad para el ocio, pero sobre todo para dedicarse a los estudios, algo que jamás deben perder de vista". Con la meta de intentar ganar, pero con el objetivo de disfrutar, "nuestras gimnastas acuden a los entrenamientos felices y con ganas de trabajar", y es que "más que gimnastas, somos una gran familia", añade como broche la entrenadora.