Fútbol | División de Honor Andaluza

El Chiclana deposita su esperanza en el Municipal

  • Lupi ve "difícil que vayamos a pasar apuros" a pesar de las últimas derrotas fuera de casa

Lupi observa las evoluciones de su equipo durante un encuentro.

Lupi observa las evoluciones de su equipo durante un encuentro. / A. Alba

El Chiclana vuelve al Municipal un mes después de disputar allí su último partido. Entre las vacaciones de Navidad y las dos jornadas consecutivas a domicilio, el conjunto blanco no había tenido la ocasión de jugar en casa aún en 2020, donde se estrenará este domingo ante el San José. Las dos salidas han sido frente a rivales complicados y se han saldado con derrota, a pesar de que se podía haber rascado más y de que las sensaciones del grupo durante cada choque han sido satisfactorias, pagando de nuevo un precio altísimo por los errores puntuales.

El último reflejo de ello fue lo vivido en Espiel. El Chiclana saltó bien al campo y Crespo tuvo la primera ocasión clara nada más arrancar, pero los blancos cometieron un fallo en cuanto a marcas que hizo que que llegara el primer gol local.

El rival, al igual que el Cabecense, era otro candidato al ascenso, que se había reforzado durante el parón navideño, pero que tampoco mostró ser superior a los de Lupi. Los chiclaneros siguieron en línea ascendente, con mucha contundencia y creación, mereciendo el empate que coronó Argudo. El día de la marmota comenzó con el penalti que Jaime cometió por inercia. Cualquier jugador con su edad, y más un central, ante un pase en profundidad y al hueco actuaría igual. Por eso nadie señaló al joven.

Al contrario, el míster fue el primero en defender su papel: "Me quedo con el gran partido que han hecho tanto él como Carreño, porque veníamos de recibir muchos goles en contra (sin ser culpa de nadie en concreto). Esto, aunque no nos guste, forma parte del aprendizaje y Jaime tiene que aprender de sus errores. Es muy joven, tiene un porvenir ilusionante y su trabajo no se va a empañar por una acción puntual".

Lo cierto es que una vez más los hechos puntuales sentenciaban a un Chiclana que, en líneas generales, sigue dando buenas sensaciones. "El resultado no es el partido, pero a balón parado seguimos siendo muy vulnerables. Es una carencia que arrastramos desde el año pasado pero seguimos intentándolo", reconoce Lupi. Y es que fue así como llegaron los dos goles del Atlético Espeleño (saque de esquina y penalti) y la mayoría de los encajados en las últimas jornadas.

Los blancos siembran, elaboran, interceptan, poseen, atacan y disparan más que el rival, por eso es difícil asimilar que los errores concretos tengan tanto peso como les ocurre, sobre todo, como visitantes. "Como entrenador te frustra porque ves que el trabajo va tomando cuerpo, que son acciones que hay que gestionar mucho mejor en un partido cuando se te pone cuesta arriba con este tipo de rivales. Pero, ¿cómo trabajas ese tipo de acciones? No es cuestión de actitud, ni de marca, ni de disputar el balón, sino algo mucho más complejo", explica Lupi.

El problema es la pérdida de puntos que acarrea. "Es verdad que arrastramos un peligroso déficit pero con las sensaciones tan buenas que tenemos veo difícil que vayamos a pasar apuros", concluye.

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